A falta de que hoy se confirme el diagnóstico, Leo Messi podría tener roto el abductor de la pierna izquierda. Se lo fastidió ayer, mediada la segunda parte del partido de San Mamés. El futbolista argentino se tocó la zona afectada, trató de estirar de manera tímida, pero ya era tarde, la dolencia parecía ser una realidad. Un dolor agudo, insistente, un pinchazo que parecía no tener final alertó al banquillo.
Trató el argentino de aguantar un ratito más, pero se vino abajo. No quiso arriesgar y decidió solicitar el cambio, sabedor de que la lesión podría ser importante. Lo relevó Bojan, que poco pudo hacer. Una vez en el banquillo, el argentino recibió una aplicación de hielo para rebajar la inflamación, aunque el doctor Ricard Pruna, médico del primer equipo, hizo el primer diagnóstico en el vestuario. Malas caras, en estos casos, son sinónimos de malas noticias. Pruna confirmó que no estará ante el Inter y podría perderse también el derbi contra el Madrid del próximo domingo, día 29.
Hacía casi dos años que Messi no se lesionaba. La última ausencia larga fue el 4 de marzo de 2008, cuando en el Camp Nou se rompió el bíceps femoral de la pierna izquierda ante el Celtic de Glasgow. Estuvo siete semanas ausente. Ahora no toca más que esperar. Desde entonces, pequeñas molestias físicas que alertaron a los preparadores del Barça. Pero quedó en nada.
Momentos antes de que el equipo regresara a Barcelona (comenzarán a preparar el partido del martes a partir de las 12:30), los servicios médicos se arriesgaron un poco más y verbalizaron algo que los culés más cerrados jamás quisieran escuchar: no estará ante el Inter. Se confirmaba el desastre. El Barça arranca una serie de partidos determinantes (ocho partidos en 27 días), a cual más determinante, en el que la prioridad es clasificarse para los octavos de final de la Champions League (qué daño está haciendo haber perdido ante el Rubin Kazán en el Camp Nou) y vencer el duelo ante el Madrid, más que los puntos para que los blancos no se escapen en la clasificación y les superen en confianza.
El Barça pierde a Leo, un jugador increíble, pero al que las críticas vertidas sobre él en su país parecieron afectarle muchísimo en las últimas semanas. Le cuesta demostrar su repertorio de habilidades, aunque Messi es mucho Messi y Pep Guardiola lo sabe. La pasada temporada no se ausentó ni un solo partido por lesión. Deberá volver a la enfermería. Hoy saldremos de dudas. El abductor izquierdo traicionó al crack del Barça y estremeció el corazón de todos los culés.
