Primeros sin alardes

Liga BBVA | Real Madrid 1 - Racing 0

Primeros sin alardes

Primeros sin alardes Eso parece estar pensando el joven Canales (el chaval rubio situado a la derecha), mientras Raúl da la mano a Ramírez Domínguez." />

Un gol de Higuaín dio la victoria a un Madrid falto de brillo. El árbitro no señaló un penalti sobre Benzema y anuló un gol legal a Canales

Once partidos después (sumen cuatro de Champions y dos de Copa) todavía falta algo que conecte a los once del Madrid, algo que nos permita definir el juego del equipo, clasificarlo, encontrarle referencias enciclopédicas. Si hay plan, no se adivina. Y al conflicto táctico se añade, últimamente, un desapasionamiento general del que ayer sólo se salvó Drenthe, que en ausencia de otros dones es profundamente apasionado.

De ambos problemas el entrenador es el primer responsable, pues en su tarea no sólo está ordenar, sino también motivar. Y poco o nada se observa, por ahora. El equipo resulta frío incluso en sus mejores momentos, los más combinativos. Y hasta ese impulso se pierde en las segundas partes.

Prueba del fracaso en la dirección del grupo es que, quizá con la excepción de Pepe, ningún jugador está a la altura de su talento. Kaká es el ejemplo más clamoroso: apenas influye en el juego. Y podríamos considerarlo un problema individual si no afectara a otros como Granero o Benzema.

La realidad se hace más cruda cuando el rival es un equipo tan apocado como el Racing. Ni contra un adversario tan reprimido el Madrid es capaz de resolver sin sofocos, y aunque es verdad que el árbitro dejó sin señalar un penalti a Benzema (atrapado por Lacen y opción para el 2-0), también lo es que luego anuló sin motivos el empate del niño Canales.

Cambio.

Hay indicios que nos permiten intuir que Pellegrini advierte el problema, o una parte. Tal vez sea la mejor noticia para el madridismo. Tras muchos forcejeos (dialécticos), el técnico acepta abrir el campo, aunque de momento sólo negocia la banda izquierda. Por allí colocó a Drenthe cuando las bajas le obligaron a retrasar a Marcelo. Y el holandés lució.

Por la derecha el equipo se sigue quedando corto. A Arbeloa le falta recorrido y a Granero vocación. Pero quizá el error más grave sea no conectar a Xabi con Kaká, la salida del balón con la continuación de la jugada. Ahí se desvanece el Madrid: en la transición entre lo sensato y lo genial.

Para no desmontarnos el argumento, el gol de Higuaín necesitó de Kaká, aunque más ayudó Toño. El centro del brasileño fue manoteado por el portero y Garay, por aquellos lares, ejerció de improvisado asistente.

A partir de ese instante, el anfitrión se encogió y el forastero, a regañadientes, se vio obligado a estirarse. Entendimos entonces que el Madrid echa tanto de menos a Cristiano como el Racing a Zigic. No es que al equipo de Portugal le falte una referencia en ataque, es peor: hay una pérdida de confianza en lo que pueda suceder por allí arriba si no está el grandullón. Y no hay quien corra sin la esperanza de llegar a algún sitio.

Al final, la entrada de Canales fue una ráfaga de aire fresco, pero el árbitro retrasó su portada para mejor ocasión. En la otra orilla, la sustitución de Benzema por Raúl dejó división de opiniones aunque no tuvo efecto sobre el campo.

Y sí. Pese a todo, el Madrid es líder. Sin música y sin Cristiano. Qué decir. Quédense con eso. El resto son teorías, palabras, pizarras sin tiza y juegos sin balón.