El Albacete y la Real Sociedad se repartieron los puntos en un duelo que acabó sin goles y que estuvo marcado por el conservadurismo que mostraron los dos entrenadores.

Resulta menos incomprensible lo del técnico local, Pepe Murcia, que hizo sólo dos cambios y de un manera muy tardía, sin apostar por la victoria ante una afición que pitó la desidia de su equipo en los minutos finales.

Pese a este hecho, el Albacete se mostró mucho más serio en labores defensivas. Parece un equipo más serio, juega con templanza y hasta hay movimiento sin balón. Eso fue lo que mostró el equipo de Pepe Murcia en la primera parte más equilibrada de todas las que ha jugado el ''Alba'' en el Carlos Belmonte.

A pesar de lo dicho, no se jugó un gran fútbol y del primer periodo sólo se puede rescatar en el baúl de los recuerdos una jugada de Altobelli en la que el argentino piso área pero no supo si centrar o rematar, mandando el balón a la banda contraria.

La Real, por su parte, se dedicó a verlas venir, agazapada, como si la cosa no fuera con ella. Muy triste la actuación donostiarra en los primeros cuarenta y cinco minutos.

En la reanudación, el argentino Altobelli gozaría de otra gran oportunidad que desperdició en un saque de esquina botado por Antonio López (minuto cuarenta y siete).

Era el Albacete el que proponía más fútbol. En una de ellas, en el minuto cincuenta y cuatro, la grada cantó el ¡uy! tras una jugada de Stuani que forzó la salida de Riesgo y un despeje de balón que cayó a los pies de Antonio López, que no acertó con el marco vasco por escasos centímetros.

La Real empezó a ver que se le escapaba la ocasión de puntuar y estiró sus líneas, aunque quedó claro que los pupilos de Martín Lasarte habían venido a tierras castellano-manchegas a puntuar bajo la ley del mínimo esfuerzo.

Al final debutó en casa el canterano Isma en lo que fue, junto a dejar la puerta a cero, la mejor noticia para el plantel de Pepe Murcia.