Maxi tiene gol y alma

Copa del Rey | Atlético de Madrid 6 - Marbella 0

Maxi tiene gol y alma

Maxi tiene gol y alma

Marcó cuatro tantos ante un Marbella muy blando.

Desde julio el Atlético no tenía una tarde tan tranquila. Y es de agradecer. Desde que comenzó la temporada los rojiblancos no habían afrontado un partido con tanta superioridad y con tanta suficiencia como el que jugaron frente al Marbella. Incluso en los encuentros de pretemporada dio la impresión de que había más en juego. El Atlético es especialista en estropear días como el de ayer, pero en esta ocasión no estaba dispuesto a ello. En puestos de descenso en Liga y eliminados de la Champions, la Copa puede ser la tabla de salvación de un Atlético al que le vendrá moralmente muy bien la goleada de ayer.

Y si el Atlético toma algo de aire con el 6-0, algunos jugadores se olvidaron durante los noventa minutos del partido del calvario que han vivido en este inicio de campaña. Fue el caso de Sinama, que por fin marcó, aunque en su dedicatoria se llevó las manos a las orejas como queriendo no escuchar los silbidos que la afición le había dedicado minutos antes al fallar una ocasión clara.

Perea también fue silbado, ya que la hinchada del Atlético no le perdona su error en el tercer tanto del Real Madrid en el derbi. Maxi tampoco olvidará el partido. Ni esta semana. El argentino tiene gol y alma. Anotó cuatro y al final del partido se llevó el balón a casa. Él está acostumbrado a hacer goles con cierta facilidad y es bueno que empiece otra vez a ver puerta. En 151 partidos con el Atlético ha marcado 44 goles. Y tiene Alma. Porque esta semana el centrocampista fue padre y ya se sabe que los niños vienen con un pan debajo del brazo. En este caso, Alma, su niña, le trajo goles. Feliz en lo personal y en lo profesional, el rojiblanco pensará que su temporada empieza ahora.

Como también lo hará Camacho, que debutó oficialmente con la camiseta del Atlético esta temporada. El partido sirvió para eso, para dar minutos a los que juegan menos y para disfrutar, por fin, de un partido de fútbol. El Marbella bastante tiene con salir de los puestos de abajo del grupo cuarto de Segunda B. Para ellos ir al Calderón suponía también dejar a un lado las penurias ligueras. Ninguno de sus jugadores se llevó las manos a la cabeza por la goleada del Atlético. Sí lo hizo Adrián nada más comenzar el encuentro cuando aprovechó el regalo que le hizo Pablo al ceder mal la pelota a Asenjo. El jugador del Marbella la lanzó fuera. Fue el único instante en que el conjunto marbellí creyó que podía inquietar al Atlético.

Desde el 2 de octubre de 1994 los rojiblancos no hacían seis goles en un partido oficial. El Valladolid fue entonces el verdugo. El Atlético estaba entre los grandes. Es el objetivo de Quique ahora. Y golear nunca está de más, aunque sea ante rivales de inferior categoría. Y el Atlético sigue vivo en la Copa, que no es poco.