Lopo apuntilla a un Murcia digno

Copa del Rey | Murcia 0 - Deportivo 1

Lopo apuntilla a un Murcia digno

Lopo apuntilla a un Murcia digno

Marcó de cabeza tras un fallo de Alberto, que reclamó falta. Los locales merecieron más. El Depor, muy gris. Aquino e Isaac se reivindicaron

Las meigas son 'made in Galicia' porque lo son, pero habrá que repasar en los ancestros para ver si en siglos pasados no hubo 'cruces' galaico-murcianos. De otra forma no se entiende que los locales, después de un partido más que digno, después de dominar al cuadro de Lotina, sucumbieran como lo vienen haciendo casi desde que arrancó el año futbolístico. En la única acción de peligro del Depor y tras un fallo de bulto (desde el bando grana se insiste en que hubo falta) a Alberto, Lopo cabeceó a placer para dejar prácticamente sin sentido el choque de vuelta en Riazor.

Fue lo de tantas veces para el Murcia de Campos: dominio territorial, sensación de control gracias a un buen Pereyra, mil escaramuzas con Isaac y Aquino reivindicándose, para al final terminar palmando. Para el Depor, el final de la noche, o sea el marcador, es lo mejor de su excursión por el sureste, lo mejor de la noche de copas que para Lotina claramente son noches 'rebajadas', partidos para los reservas que en la mayoría de los casos demostraron el porqué de su suplencia. De haber tenido el Murcia lo que no tiene, la pegada, los herculinos se hubieran complicado y mucho la eliminatoria pero entre las carencias del oponente, entre el 'momento-apagón' y gracias al central catalán y a un soberbio Manu, la historia se escribe de manera muy diferente. Al fin y a la postre así es el fútbol de élite: quién sabe aprovechar su momento marca y gana y quién no lo hace a la lona. Es la revisión Darwiniana llevada al deporte rey. Es como la vida misma. Si quieren hasta injusta, hasta cruel. Seguro que al Murcia le hubiera hecho mucho bien (a nivel anímico) un triunfo, por más que no arregle nada, por más que todos los que se aceraron a NC tuvieran claro que la de ayer era una noche-oasis. Fijo que al Depor una derrota no le hubiera cambiado la existencia, pero se encontró con la posibilidad de ganar después de todo el partido atrincherado y lo aprovechó.

Antes, los locales habían acumulado méritos para perforar el marco rival. Antes, Aquino (que definitivamente se ha reencontrado con el público y que ante ese Depor que le mira con ojos de deseo dejó 'cositas) desde la frontal y buscando el gol olímpico, Kike y ese Isaac que le dio la noche al limitado Angulo consiguieron que el pueblo grana saliera de la depresión en la que viven y disfrutara de los, quizás, mejores 45 primeros minutos de un Murcia que antes del descanso botó 11 córners. Toda una heroicidad vistos (y sufridos) los antecedentes. En ese tiempo, el Depor se contentaba con achicar balones. De medio campo para adelante sólo la generosidad de Laure y el oficio de Juan y Sergio. De los dos puntas coruñeses, sin noticias.

Polémica. Tras el descanso poco cambió el panorama. Hilando fino, quizás la entrada de Lassad le dio algo más de salida a un Depor que seguía atrincherado y que no tenía el mayor reparo en cederle el balón a un Murcia que, eso sí, conforme iban pasando los minutos se iba quedando sin gasolina. En eso poco ayudó Campos, que volvió a evidenciar su tradicional lentitud a la hora de introducir cambios. Y así hasta el gol que llegó tras un 'tirito' sin peligro de Pablo Álvarez que fue por mor de un rebote un 'gilicorner' y que a la postre se convirtió en la antesala de otro 'giligol' que para el Murcia fue como una puntilla inmisericorde. Mientras, Lopo y los suyos festejaban, entre grandes risotadas, conscientes del golpe de suerte, de buena suerte, los locales se retorcían de dolor. Lo de tantas veces, lo de tantos partidos. El inacabable catálogo de las mil y una maneras de perder. Ya saben: unos días de forma grosera, otros de manera injusta, o por el árbitro o por un error puntual... Ahí se acabó el choque y casi seguro que la Copa para la afición de un Murcia que tendrá que esperar a la próxima edición del torneo del KO para ver a un equipo de Primera. Albiol, con la gente 'tirándose' en masa a por sus coches aún con un puñado de minutos por jugarse, mandó la pelota a la escuadra pero ahí estaba Manu. La vida sigue... igual.