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Liga de Campeones | Chelsea - Atlético de Madrid

Gil Marín se reunió con Abel y Pitarch, cuyo futuro va de la mano

El Atlético sigue haciendo la goma y Abel vuelve a correr serio peligro. De momento el club quiere aguardar un poco y no se tomarán medidas antes del juicio sumarísimo en casa frente al Mallorca. Salir malparado en Londres y no ganar a los bermellones condenaría al entrenador y a Pitarch.

Actualizado a
Abel.
enric fontcuberta

Abel se sentará en el banquillo de Stamford Bridge mañana y también el próximo sábado en el Calderón. Ésa será su prueba del algodón particular, sobre todo si el Atlético sale muy malparado en Londres. La consigna en los despachos colchoneros ayer era de tranquilidad hasta pasar el Mallorca. Y eso que hay corrientes en un sentido y en otro del Consejo. Hay una facción que ya hace semanas habría despedido a Abel e incluso que Pitarch se fuera de la mano. De hecho gana enteros que, llegado el momento, el director deportivo y el técnico salgan a la vez del club para repartir responsabilidades. Otros prefieren aguantar porque las arcas no aconsejan contemporizar.

Abel pasó una reválida tras empatar en Valencia, caer dignamente en Oporto y ganar en casa al Zaragoza. Pero el equipo sigue haciendo la goma. La obsesión desde dentro es dar síntomas de tranquilidad porque se entiende que transmitir angustia no ayuda.

Reunión.

Ayer el consejero delegado Miguel Ángel Gil se reunió por la mañana con Pitarch y por la tarde con Abel. El técnico del Atlético dio su versión de lo sucedido en Pamplona y abandonó el Calderón sabedor de que vuelve a estar comprometido. Por su parte, Enrique Cerezo volvió a dar la cara tras una derrota y en los micrófonos de la Cadena SER aseguró que "por el momento no hemos pensado en otro entrenador", si bien reconocía que el equipo tiene "un problema grave" ya que es el más goleado de la categoría. El presidente reiteró que es momento de tener "tranquilidad".

Herida abierta por los fichajes

Abel ha reclamado públicamente en los últimos días lo mismo que hiciera en privado durante el verano. Antes de comenzar la temporada animó al club a hacer un esfuerzo final por un lateral y un jugador de banda para poder competir de tú a tú en España y en Europa, pero no recibió nada a cambio. Ahora, con la espada de Damocles pendiendo sobre su cabeza, ha traspasado al ámbito público lo que reclamó entre bambalinas y eso no le ha gustado a Pitarch. El futuro de ambos en el club está en el alambre y dependerá de los próximos partidos.