Sin presiones y con el objetivo de rematar la campaña de forma triunfal, la Inglaterra de Fabio Capello concluyó hoy su último trámite del grupo 6 hacia Suráfrica con un merecido 3-0 ante el combinado bielorruso.

Los "tres leones" que tutela el técnico italiano querían noche de celebración y lo lograron en Wembley, donde finiquitaron la fase como campeones de grupo. Ensombrecida tan sólo por el patinazo del pasado fin de semana ante Ucrania, la racha del once inglés ha sido, por lo demás, de nota, culminada por esta última victoria.

Inglaterra se sobrepuso esta noche a las ausencias y quiso demostrar que nadie en la plantilla es imprescindible. Ante la delicada situación que atraviesa el combinado nacional en la portería, esta noche le tocaba a Ben Foster, un hombre que no ha destacado precisamente esta temporada con el Manchester United, proteger los tres palos.

Faltaron caras importantes, como la del siempre eficiente delantero del Manchester United Wayne Rooney o la del capitán del Liverpool Steven Gerrard, pero no importó.

Inglaterra se recuperó rápido de la decepción sufrida el fin de semana y se empleó desde el silbato inicial en ofrecer espectáculo a la afición. Y lo consiguieron. Juego de ataque, buena coordinación y un gol temprano para abrir boca.

A un amago de Shaun Wright-Philips cuando aún no habían pasado ni dos minutos, le siguió un remate desde dentro del área pequeño del altísimo delantero Peter Crouch, que firmó la ventaja en el minuto 3.

En el minuto 15, un córner que asumió Frank Lampard encontró de nuevo a Crouch que estuvo cerca de abultar más el marcador. Sin fortuna.

Su rival no se quedaba quieto. A los 21 minutos, el combinado de Bernd Stange presionó y alertó a la zaga local. Con un lanzamiento de falta de Sosnovsky, que pasó por los pies de Omelyanchuk, Bielorrusia trató de nivelar aunque la defensa, adoctrinada por Fabio Capello, jugó bien sus cartas y logró despejar el peligro.

Inglaterra volvió a adueñarse de la posesión durante el segundo acto en el que Capello sacó, a los 58 minutos de juego, a David Beckham del banquillo para reemplazar al hasta ese momento omnipresente Aaron Lennon.

La presencia del ex madridista obró maravillas. Beckham asumió un lanzamiento de esquina que remató a la perfección Shaun Wright-Phillips desde el extremo del área para dar a Inglaterra el segundo gol de la noche.

La celebración continuó para Inglaterra. Peter Crouch estaba en racha y volvió a demostrarlo al rubricar el 3-0 con el que además constituyó el decimoctavo gol para su selección.