No hubo pasteleo. Dinamarca salió a por todas, marcó, ganó y se clasificó para el Mundial. Pero todo pudo ser de otra manera si el árbitro español Mejuto González no hubiera anulado dos goles suecos. En ambos Ibrahimovic participó asistiendo a sus compañeros y en ambos se anularon con acierto. El primero por un fuera de juego muy justo de Henrik Larsson, 38 años, quien recibió un pase maravilloso de tacón de Ibracadabra. El segundo porque cuando el delantero azulgrana sirvió el centro al área de Dinamarca la pelota ya había salido.

Los suecos se mostraron muy fríos y Dinamarca dio la sensación de tener controlado el encuentro en todo momento. El trabajo de los dos Poulsen en la medular fue una de las claves del choque. Bendtner tuvo ocasiones de abrir el marcador, pero Isaksson estuvo acertado en un par de intervenciones. Hasta que en el minuto 79 Jakob Poulsen se asomó al balcón del área sueco. El danés le pegó duro, la pelota atravesó un bosque de piernas y botó ante él entrando como un obús junto al palo. Los diez minutos finales fueron un asedio sueco con juego directo y pelotazos a los altísimos Berg, Ibrahimovic y Rosenberg. Demasiado tarde. Suecia ya estaba entregada y ahora tendrá que esperar un milagro para ganarse un puesto en la repesca y entrar en el Mundial por la puerta de atrás.