Falcón no fue suficiente

Liga Adelante | Celta 1 - Albacete 1

Falcón no fue suficiente

Falcón no fue suficiente

reportaje gráfico: lalo r. villar y s. sas

Le paró un penalti a Salva, pero Merino marcó el 1-1

Otra vez se le escapó al Celta la victoria en Balaídos, que se resiste en partido oficial desde allá por el mes de junio. Fue en los minutos finales, con un buen gol de Merino y un nuevo despiste defensivo de los vigueses. De un despeje te hacen una ocasión y eso no puede ocurrir tan a menudo y menos cuando vas ganando.

Fue una pena por lo que significaban los puntos a nivel clasificatorio y para cerrar una semana grande con Iago Aspas de héroe absoluto (volvió a marcar el de Moaña, que crece partido a partido). Y, por qué no, fue una lástima no poder darse el gustazo de ganarle a Pepe Murcia. Éste, uno de esos personajillos que se le cuela al fútbol de vez en cuando y vive del cuento hasta que el cuento se acaba (¿Cuáles son sus méritos? Entrenar al Atlético de rebote y ser destituido en Xerez, Córdoba, Celta...), volvió a dejar muestras de que de educación anda más bien escasito.

Parece que al bueno de Pepito le molestó que el que suscribe publicase ayer en AS que no dejó amigos en Vigo. Ay José, las verdades duelen, pero tú sabes que es así. Fíjate que a uno de los pocos que abrazaste el día de tu marcha fue a mí y ayer me llamaste "soplapollas" en la rueda de prensa. ¡Cuán amigo serás de los que ni siquiera te atreviste a mirar a los ojos al despedirte!

Pero dejemos a los insignificantes y volvamos al fútbol. Como era de esperar, el Albacete planteó un partido antipático y un punto tosco (la viva imagen de su técnico, vamos). En la primera parte sólo el Celta propuso, aunque sin excesiva claridad.

Trashorras y Iago Aspas intentaban superar la fornida defensa del Albacete, pero la mejor ocasión cayó del lado manchego, con una chilena desviada de Stuani.

Marca Aspas.

Tras el descanso, todo se revolucionó. Casi sin tiempo para parpadear, Joselu enganchó de cabeza un gran centro de Trashorras. El balón se marchó al poste y a puerta vacía Iago Aspas culminaba su semana heroica. El Albacete se echó para arriba por necesidad. No fue porque su técnico arriesgara mucho (ese término no aparece en su manual futbolístico de pinta y colorea), sino porque los propios futbolistas dieron un paso al frente.

El Celta pudo matar entonces el partido. Catalá tuvo una muy clara de cabeza, pero marró y acabaron pagándolo caro. Poco después, Piñeiro Crespo (horrible todo el partido) pitó un penalti muy dudoso de Hugo Mallo a Sousa. Salva cogió el balón con un 'aquí estoy yo' de aire chulesco... y Falcón le adivinó las intenciones y detuvo la pena máxima.

La alegría se desbordó, pero no duró mucho. Merino aprovechó un despiste defensivo para empatar. El resultado era duro, pero justo. Por desgracia.