El Málaga se quita presión en un karting

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El Málaga se quita presión en un karting

El Málaga se quita presión en un karting

Reportaje Gráfico: Paco Rodríguez

La plantilla albiceleste pasó una agradable jornada de convivencia en Campillos, compitiendo sobre karts

Muñiz mima la salud de su vestuario. No sólo hay que agarrarse a los elementos puramente futbolísticos para mandar al limbo las malas rachas. Son más necesarios, sí, pero un buen grupo necesita algún que otro condimento extra para acabar de funcionar. Y el Málaga mira hacia adentro para reforzar eso nexos de unión que constituyeron la semilla de sus éxitos recientes. Muñiz quiere a sus futbolistas con la mente despejada y unidos, más que nunca, para hincarle el diente al Almería. No será un derbi dramático, pero casi. Al Málaga le va media vida ante los de Hugo. Y Muñiz pretende aprovechar el parón para tratar de aligerar la enfermería y para espantar todas las dudas que se le han colado en el vestuario en el arranque liguero. Ayer se llevó a toda la plantilla, utilleros, fisios y miembros del cuerpo técnico a Campillos. Allí, en esta coqueta localidad del interior malagueño se ubica el Karting Campillos, uno de los circuitos más grandes de Europa, que cuenta con licencia FIA y que alberga competiciones nacionales e internacionales de karts.

Allí, Muñiz y sus pupilos ahogaron la presión y la tensión por la necesidad de lograr una victoria que se resiste desde hace demasiado tiempo. Y se relajaron a golpe de velocidad. Empapando el asfalto de adrenalina, de piques y de buen rollo por segunda vez en menos de un año (la primera fue auspiciada por AS). Uno de los que menos sonrió, lógico, fue Nabil Baha. El franco-marroquí está trabajando a tope para poder estar en el once ante el Almería. Sus isquiotibiales izquierdos exigían precaución. Y el ariete no pudo subirse a un kart. Conoce bien el circuito y en condiciones normales habría sido uno de los aspirantes a todo. Pero lo vio desde fuera.

"Esto une más que cualquier entrenamiento", soltó el técnico albiceleste mientras contemplaba uno de los lances de la carrera que protagonizaron la mayoría de sus jugadores. Weligton y Munúa rivalizaron durante un buen rato y vivieron uno de los grandes piques del día. El desenlace dio con el portero sobre la tierra. Hay buenos y rápidos pilotos en la caseta de Martiricos. Pero también otros a los que es más interesante darle un par de zapatillas y ponerlos a correr porque no conocen, ni de oídas, la velocidad.

Técnicos y futbolistas cumplieron el objetivo. La iniciativa fue un éxito. La cita en el Karting Campillos es ya una tradición en La Rosaleda. El día de convivencia cerró con un ágape en el estadio de Martiricos.

Atención máxima a las carreras

Jugadores y técnicos se alternaron sobre la pista del Karting Campillos. Cuando corrían unos, los otros vitoreaban las buenas acciones de pilotaje de los otros y viceversa. Los trompos, salidas de pista y demás errores eran, por supuesto, abucheados. Nadie perdió detalle de lo que sucedía en la pista. Valcarce y Reina fueron de los más aclamados.

El crono marcó el orden de parrilla

Antes de las tres tandas de carreras que realizaron los miembros del vestuario, se llevaron a cabo dos sesiones de clasificación que determinaron el orden en las parrillas de salida. Todos siguieron los tiempos con atención. Valcarce y Luque se repartieron las poles. Reina y Cuadrado se impusieron en las primeras carreras. La prueba definitiva se la adjudicó Valcarce.