La Selección continúa con su impecable trayectoria hacia el Mundial 2010, cuya clasificación ya tenía asegurada, y suma nueve victorias en nueve jornadas y sólo tres goles encajados. Si el próximo miércoles gana a Bosnia habrá hecho pleno de diez victorias, algo al alcance sólo de los mejores.
Su última víctima fue Armenia, a la que abrumó con su estilo de toque continuo, de intercambio de posiciones en ataque y con una escandalosa superioridad en la posesión del balón. Y todo ello sin forzar la máquina. El encuentro, tedioso y huérfano de alicientes, lo solucionaron Cesc, con un excelente gol, y Mata, de penalti. Fábregas recibió un buen pase de Xavi y al primer toque batió al portero Berezovski con una vaselina. Lo mejor que se vio en una tarde lluviosa, con un ambiente tan frío en las gradas como en el césped. Después llegó el penalti transformado por Mata y que había sido cometido sobre él mismo por el portero Berezovski.
Antes había empatado Armenia en una acción a balón parado. Entre Puyol y Arzumayan enviaron el balón de cabeza a la red de la portería que esta vez defendía Reina. Por cierto, Puyol vio una amarilla que le librará del compromiso ante Bosnia por sanción. Fue un gol más consecuencia de la relajación y de la falta de concentración que de los méritos de los armenios, tan voluntariosos como limitados. El portero del Liverpool fue una de las novedades que presentó la Selección, con la que se estrenó como titular el lateral izquierdo Monreal, una alternativa interesantísima al incansable y eterno Capdevila. En la segunda parte debutó Negredo, quien se entrenó con el número 7 en la espalda y terminó jugando en ataque junto a Cazorla e Iniesta, que volvió a vestirse la Roja tras la lesión que le impidió acudir a la Copa Confederaciones.
Vicente del Bosque volvió a presentar un esquema con sólo un delantero y cinco centrocampistas, el sistema que más conviene a esta Selección, que se atasca cuando actúa con dos puntas y desborda optimismo cuando lo hace con uno rodeado de esos pequeños genios que forman el centro del campo. Esta vez Senna ocupó el mediocentro, con Xavi y Cesc a su lado y Cazorla y Mata abiertos en las bandas. Más allá de la victoria y de pequeños detalles, pocas conclusiones pudo sacar Del Bosque de este encuentro, un trámite al que obligaba el calendario. Lo mejor que se puede decir de la Selección es que fue fiel a su estilo, algo complicado cuando tienes delante un rival que vivió encerrado en su campo, con la única pretensión de que España no le goleara. La Selección tocó y tocó hasta lograr que Armenia se despistara y se abriera un espacio en su defensa. España siempre termina encontrando el pasillo hacia el gol. La única fórmula que se le ocurrió a Armenia de cortar el juego de España fue a base de patadas y uno de los que más lo sufrió por Iniesta, al que golpearon sin piedad desde que saltó al campo.
Había que ser muy aficionado al fútbol pasa sentarse delante del televisor. Y es que las fases de clasificación permiten partidos como este Armenia-España, un encuentro entre una de las mejores selecciones del mundo y una de las peores de Europa. Dos mundos opuestos. El siglo XXI futbolístico frente a la prehistoria. Por mucho interés que estuvieran dispuestos a poner los armenios, si España se tomaba con un mínimo de seriedad el choque la victoria estaba asegurada. Nunca ha ganado Armenia a España y así seguirá reflejado en la estadística.
El dominio absoluto de la Selección permitió a Cazorla, Xavi y Fernando Torres, que sumó una nueva internacionalidad sin marcar, probar suerte en repetidas ocasiones. Quien más cerca estuvo de batir a Berezovski fue Cazorla, que de forma involuntaria estrelló el balón en la escuadra cuando su intención era centrar. Respondieron los armenios con una ocasión inmejorable de Karamyam, quien no acertó a batir a Reina en un mano a mano. Llegó después el gol de Cesc y hasta el descanso un hubo más novedad.
En el segundo tiempo se mantuvo el guión escrito en el primero y el dominio absoluto de España sólo se vio alterado por ese error defensivo que permitió el empate de Armenia. Algo que se quedó en una anécdota gracias al penalti transformado por Mata. No hubo más que contar, salvo el ya relatado debut de Negredo, quien tiene de aquí al final de temporada para luchar por un puesto para estar en el Mundial. No lo tendrá fácil, pero tampoco lo tendrán sencillo quienes deban competir con él por esa plaza.
