Guardiola aún pensaba ayer si ponerse en manos de Messi ante el Racing o darle descanso en Santander. Pero sólo el aficionado que vea el partido en el Plus o el que se haya rascado el bolsillo para seguirlo en directo (entradas hasta 120 euros) estará expectante hasta última hora de la decisión. Porque al reforzado equipo de Mandiá ya no le importa eso. Sólo le hubiera tranquilizado que el argentino se quedara en Barcelona. Una vez que ya sabe que Leo viajará hoy mismo con sus compañeros, se acabaron los rezos y se activó el mejor plan para frenarle. Presión, ayudas y calmantes. Que los habrá.

El conjunto cántabro ya se sabe la lección. La temporada pasada, Pep sentó a Messi en el Sardinero para darle descanso. Y dio igual. Zigic adelantó a los locales aquella tarde de penalti pero, cuando el técnico blaugrana decidió tirar del Pulga en los últimos minutos a la desesperada, el punta le dio él solito la vuelta al marcador. 1-2. Desde entones, se creó una moraleja montañesa en torno a su figura: da igual si Messi participa desde el inicio o su papel es el de revulsivo. Si Leo se viste de corto, el peligro está latente.

La estrategia.

Aun así, que nadie espere un marcaje al hombre para el renovado crack. Mandiá tiene mucho respeto al pentacampeón, sobre todo por su aplastante superioridad en la posesión del balón. Pero no le tiene miedo. El empate del Racing en el Calderón y la última victoria en Málaga le han relanzado matemática y anímicamente y, como, además, el gallego es un amante del vídeo, ha inculcado que todo es posible si se arropa como el Inter. Para intentar la sorpresa, contará con Henrique, el brasileño del Barça cedido al Cantábrico, ya que no hay ninguna cláusula en su contrato que impida su concurso. El resto, con la posible entrada de algún hombre de refresco, será lo de siempre: trabajo, velocidad a la contra y Geijo, el fichaje estrella (1,8 kilos) que ha participado al estilo Salinas en los tres goles verdiblancos.

Guardiola podría introducir algunos cambios más, pero su filosofía, si el delicado césped lo permite, será la misma de siempre. Piqué, que fue expulsado en el Sardinero la temporada pasada, anda tocado y su participación no está asegurada, algo que daría aire al castigado Puyol. En la medular, Pep meterá músculo para competir con Diop y Lacen, y arriba no tocará lo que funciona. Lo hará por la racha de Ibrahimovic (es junto a Stoichkov el segundo culé que ha marcado en las tres primeras jornadas), debido a la magia de Messi y quién sabe si por miedo a Henry.