Entre los modos de afrontar un desafío formidable, la psicología aplicada recomienda la concentración absoluta o la ausencia absoluta de concentración. Se ha probado, tras ensayos clínicos en terrarios, universidades y discotecas, que la mentalización estimula las musas en la misma medida que lo hace el relax. Sin llegar a tales extremos, el Xerez se plantea el partido de hoy desde la ausencia de gravedad. Ziganda prepara cinco cambios con respecto al último partido y todo parece indicar que, antes que rotar, está reservando jugadores para su encuentro del próximo miércoles contra el Deportivo, donde los puntos resultan, a priori, más verosímiles.
Quien piense, no obstante, que el Xerez entrega el partido de hoy seguirá pistas falsas. Lo que hace su entrenador es ofrecerlo a sus jugadores empaquetado como un regalo. Disfruten. De la hierba y de la colonia. Y si pueden también, disfruten del balón. Esa es la clave. Porque esta plantilla imaginada para sobrevivir está hecha para jugar.
Frente al optimismo vital que invade al Xerez (equipo y ciudad, vean las caras), el Madrid opone su pisada de gigante. En cada partido se descubre un músculo. Y el último ha sido Cristiano, que ha ajustado la mirilla del cañón, como habrá advertido Renán.
El Madrid también pone a prueba su filosofía de las rotaciones. Cumplido el descanso, se espera que vuelvan al once Marcelo, Benzema y, seguramente, Granero, que sería el relevo de Kaká, el único de los galácticos que suma tres partidos oficiales como titular.
Esperado. Caso aparte merece el regreso Sergio Ramos, que no juega un partido desde que la Selección fue eliminada por Estados Unidos en la Copa Confederaciones (25 de junio). Recuperado de sus problemas en el tendón de Aquiles, Ramos activa la mitad ofensiva de la banda derecha, donde Arbeloa se ha comportado hasta ahora con aseada corrección.
Y también se encuentra en situación particular Guti, que suple al lesionado Xabi Alonso, referente fundamental en la organización del equipo. Garay completa las novedades en sustitución del sancionado Pepe, al que ya sólo le quedan dos partidos de castigo.
El Xerez, que suma dos derrotas en sus dos encuentros en Primera (Mallorca y Athletic), acusa que la plantilla se ha rematado con el campeonato iniciado, hasta el punto de que su estrella, el venezolano Maldonado, apenas cuenta con tres entrenamientos.
Pero nadie se aflige. Más de dos mil xerecistas se darán cita en el Bernabéu con la esperanza de que la alegría propicie la sorpresa. El Madrid, entretanto, observa curioso.
