Pese al cambio de equipo y todo lo que conlleva, pese al traslado de ciudad y al cambio de vida que le ha supuesto dejar Milán por Madrid, Kaká se siente cada día más feliz e integrado en el Real.

Ayer el jugador brasileño debutó en la Liga de Campeones con el conjunto blanco y lo hizo de la mejor forma posible: 2-5 ante el Zúrich, aunque bien es cierto que no fuera su mejor partido desde su llegada al equipo.

Es más, puede que la de anoche resultara la actuación más floja de Kaká desde su llegada del Real Madrid, pero, como siempre, y aunque estuvo reiterativo en la conducción por el centro e ineficaz en la entrega del balón, lo intentó siempre y cuajó una gran labor en la presión sobre la salida del rival.

Es un trabajo que siempre agradece Manuel Pellegrini, quien reconoció su entrega hasta el punto de mantenerle en el campo los noventa minutos pese a su discreta noche en lo artístico; y es que su talento, que siempre puede cuajar en la jugada más ingeniosa en el momento más inesperado, y su sóla presencia asustan al rival.

A la conclusión del choque, y ya en la zona mixta, Kaká se mostró feliz con el momento tanto deportivo como personal que está atravesando, aunque no olvida su pasado milanista: "Es un privilegio formar parte de un equipo como el Madrid. Tengo ganas de jugar con el Milán, aquí he recuperado la sonrisa. También estoy contento por el gol de Raúl, él e Inzaghi son historia de la Champions. El capitán es el primero en hacer las cosas".

El de San Siro será, sin duda, un partido repleto de emociones para Kaká, que aún tendrá que esperar varias semanas para volver a pisar el césped del que fuera su estadio durante varias temporadas.

Milán y Real Madrid se medirán en San Siro el 3 de noviembre en la cuarta jornada de la Champions, justo después del primer partido de la fase de grupos que medirá a los dos grandes colosos del fútbol el 21 de octubre en el estadio Santiago Bernabéu.