La selección de Rusia derrotó hoy en Cardiff a Gales (1-3), por lo que se jugará con Alemania el próximo 10 de octubre en Moscú el billete directo al Mundial de Sudáfrica.
Los alemanes lideran el Grupo 4 con un solo punto de ventaja sobre los rusos, que tienen en su mano clasificarse directamente para la Copa del Mundo si derrotan dentro de un mes a los subcampeones de Europa.
Como ocurriera en la fase de clasificación para la Eurocopa 2008, en la que dejaron fuera a Inglaterra, los pupilos del holandés Guus Hiddink podrían relegar al segundo puesto a los todopoderosos alemanes.
Consciente de la importancia del partido, Hiddink no dudó en sacar de titular a la estrella del equipo, Andréi Arshavin, que apenas se había recuperado de sus molestias en el muslo.
Arshavin no le defraudó y, aunque demostró no estar en plenitud física, dio el pase del primer gol y ofreció los mejores destellos en la primera parte del choque en el medio vacío estadio Millenium de la capital galesa.
Como dictan los cánones, el equipo que dirige John Toshack empezó empujando, mientras los rusos tenían dificultades para sacar el balón jugado desde atrás.
No obstante, las únicas ocasiones locales se produjeron merced a disparos lejanos o jugadas a balón parado.
Las cosas cambiaron desde el momento en que Bystrov fue víctima de un aparatoso penalti, que el árbitro del encuentro optó por ignorar (m.16).
Kerzhakov, titular hoy en sustitución de un Pavlyuchenko fuera de forma, probó suerte en varias ocasiones con disparos desde el vértice del área.
Mediada la primera parte, Rusia dominaba a placer el partido, aunque no llegaba con claridad al área rival.
Entonces, apareció Arshavin, que dio un magnífico pase con la zurda a Semshov que viniendo desde atrás batió a Hennesy con un disparo raso (m.35).
Kerzhakov estuvo a punto de incrementar la cuenta, pero falló incomprensiblemente bajo palos el pase de la muerte que le regaló Arshavin tras una brillante jugada individual.
En la segunda parte, cuando Rusia contemporizaba, el defensa gales Collins aprovechó un córner para batir a un despistado Akinféev (m.54).
A partir de ahí, Gales se hizo con el control del partido, mientras los rusos parecían desconcertados. Edwards tuvo en sus botas el gol de la victoria, pero su disparo desde el borde del área pequeña fue despejado in extremis por el guardameta ruso y después por Semak casi en la línea de gol (m.63).
Con todo, el libero del combinado ruso, Ignashévich, puso las cosas en su sitio al batir de un disparo raso de falta directa al portero galés y certificar la victoria de su equipo (m.72).
Pavlyuchenko (Tottenham) pudo aumentar la ventaja cinco minutos después con un formidable disparo desde el borde del área que escupió el larguero.
En cambio, al final del partido, cuando los galeses buscaban desesperadamente el empate, Pavlyuchenko no perdonó.
El espigado delantero ruso robó un balón al borde del área grande galesa, entró en el área y se sacó de la chistera un certero disparo que entró por el palo largo de la portería defendida por Hennesey.
