Una intensa búsqueda para quedarse como habían comenzado: con nada nuevo. Desde hace tiempo, los responsables técnicos del Barcelona buscan desesperadamente un atacante que pueda rendir por la izquierda. No lo encontraron. Buscaron muchísimos (hasta cinco muy seriamente), pero la baraja quedó reducida a cinco que hubieran aceptado, aunque se encontraron con la barrera de sus entrenadores y sus clubes.

El motivo no es otro que el agotamiento mental que acumuló Pep Guardiola durante el curso. Según algunas fuentes, el cansancio del entrenador generado por la batalla de egos protagonizada por Samuel Etoo (35 goles en la temporada pasada) y Thierry Henry (25) fue determinante. Todos los golpes fueron al mismo lado, al del camerunés, mientras que el francés, compañero de batallas del africano, salió bastante indemne, mediáticamente, de todo el problema. Así, Guardiola decidió cortar de raíz todo lo que sucedía en su vestuario, aunque no trascendieron sus intenciones. No le salió como había planeado y deberá apurar un año más a Henry, uno de sus jugadores más protegidos ante los medios y el entorno.

Contrato.

Le quedan dos (la presente y la próxima temporada) con el equipo azulgrana para cumplir los cuatro que firmó en verano de 2007. Pero posiblemente, al acabar ésta, el delantero podría abandonar la disciplina culé para arrancar una nueva aventura.