Manuel Pellegrini lo dijo en entrevista concedida a AS: "Cristiano juega donde le gusta y es feliz". A la vista del seguimiento del portugués en los dos últimos partidos del Real Madrid, se puede concluir en que su zona de salida sería la banda izquierda, proyectándose en velocidad hacia el centro y cayendo esporádicamente hacia la derecha.

Es decir, el territorio de influencia de Cristiano delata que no funciona como extremo puro, pegado a la cal, sino que sigue las pautas de Pellegrini al moverse con libertad y polivalencia por la franja ancha de ataque. "Igual que lo hacía en el Manchester", puntualizaba el entrenador chileno.

A esta conclusión táctica ha llegado Pellegrini después de nueve partidos de pretemporada. Si se observan los seguimientos, Cristiano inició el verano cayendo más por la derecha (Shamrock). Después alternó partidos moviéndose por diferentes posiciones (Juventus, United, Real Sociedad y Borussia).

Probablemente los vaivenes tácticos que ha padecido Cristiano en la pretemporada le hayan perjudicado en la productividad y rendimiento. Sólo ante el Toronto y, mucho más tarde, frente al Rosenborg, Pellegrini le ubicó en la posición donde es "feliz jugando". Y aquí ha dado el técnico con la tecla buena, pues al fin se vieron ante el Depor los primeros destellos realmente propios de la calidad de Cristiano.

El portugués se encuentra más cómodo saliendo desde la izquierda y, sobre todo, lo que le alimenta es tener metros para romper en carrera. Puede aparecer en cualquier punto para buscar gol y desbordar con su velocidad. Aún no ha aprobado la asignatura del gol, pero es cuestión de tiempo.