La reflexión del día después al partido en Mestalla ha sido unánime: el debut del Sevilla fue pobre y decepcionante. De acuerdo que es la primera jornada y quedan 37 por delante, pero la derrota ha dejado un sabor amargo entre los aficionados por la imagen que ofreció el equipo ante un rival directo. Los blanquirrojos no fueron capaces de crear ni una sola ocasión de gol hasta el minuto 84 y las críticas se han centrado de nuevo en Manolo Jiménez. Se ha tardado poco en renovar el debate de la pasada temporada y en poner de nuevo al técnico en el blanco de todos desde la primera jornada.
Los ánimos están caldeados y hay críticas al planteamiento, a la ausencia de Zokora, a la no convocatoria de Sergio Sánchez y al juego del equipo. Pero sólo ha sido el primer partido y el técnico cuenta con crédito porque tiene entre sus manos a una de las mejores plantillas de la Liga y metió al equipo en la Champions desde la tercera plaza la temporada pasada. Y por eso, el club le renovó. Se han creado dos corrientes opuestas desde hace tiempo entre los que están a favor o en contra de los planteamientos del entrenador, entre aquéllos a quienes les gusta o no la forma de jugar del Sevilla. El debate está ahí.
Está claro que el discurso ambicioso que desde el club se ha repetido durante el verano no tuvo su reflejo en la actuación de un equipo que no se impuso en el centro del campo y no creó peligro. Luis Fabiano apenas tocó la pelota y Kanouté peleó, ayudó en defensa y fue expulsado. El Sevilla se limitó a esperar una contra y a confi ar en un chispazo de calidad en un campo que era un auténtico patatal. Koné lo dijo ayer: "Estaba en el sistema del entrenador. Nos dijo que cuando el Valencia tuviera el balón todo el mundo fuera un poco atrás para luego atacar". Y para colmo de males, Romaric se lesionó. Se espera más de un bloque que está llamado a hacer cosas grandes en la Liga. Hay apuntes positivos, como la implicación de Konko y las ganas de Negredo. Como dijo Palop, es el momento de recapacitar. Ha sido un mal partido y eso no lo justifi ca nadie, pero hay tiempo y el Zaragoza puede pagar los platos rotos.
