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Europa League | NAC Breda 1 - Villarreal 3

El Submarino conquista Breda

Rossi, Ibagaza y Llorente marcaron los goles. Los de Valverde dejaron la eliminatoria casi sentenciada

Óscar Megía
Actualizado a
<b>MUY DE CARA. </b>Los amarillos, ayer de azul oscuro, encarrilaron la eliminatoria ante el Breda, que se la jugará la semana que viene en El Madrigal.
MUY DE CARA. Los amarillos, ayer de azul oscuro, encarrilaron la eliminatoria ante el Breda, que se la jugará la semana que viene en El Madrigal.

Breda uelve a ser española. Por lo menos, lo fue durante los 90 minutos que duró el partido que disputó anoche ante el NAC, un equipo que firmó su particular rendición ante la superioridad amarilla. Porque el Submarino fue muy superior en la primera mitad y mucho más práctico en la segunda para hacerse con un 1-2 que, salvo sorpresa, se traducirá en el pasaporte para la liguilla de la Europa League. En el debut oficial de Ernesto Valverde, el Villarreal dejó claro que sigue apostando por esa filosofía de buen fútbol que implantó Pellegrini y que se ha convertido en la seña de identidad de un equipo que, con Senna, Ibagaza y Cazorla al mando, está llamado a seguir dando guerra. Tampoco es que encontrara mucha oposición en el NAC, colíder de la liga holandesa, pero es que, la diferencia entre este Villarreal y el Breda continúa siendo abismal.

Cuando uno quiere y sabe jugar y el otro ni sabe ni quiere, pues pasa lo que se vio en el primer acto. El Villarreal quería la pelota, como siempre, y tras unos minutos algo espeso, empezó a asediar la portería del NAC. Así, a nadie le sorprendió que en la primera conexión con sentido, los de Valverde se pusieran con ventaja. Una acción que nació de la imaginación de Nilmar y que culminó Rossi. Una sociedad llamada a firmar muchos goles esta temporada. Lástima que apenas dos minutos después, el Breda igualara en una acción a balón parado. Un despiste amarillo que costó caro y que premiaba a precio de oro la única aproximación local. Porque el conjunto holandés no sabía por dónde meterle mano al Submarino. Tuvo un par de opciones por la derecha, donde Ángel no acababa de carburar, pero no pasó de ahí. El Submarino, sin embargo, metió una marcha más a partir del 25' y así empezaron a sucederse las oportunidades. Primero, con un disparo de Cani redondeado en la misma acción con un cabezazo de God después con un gran disparo de Senna, que repitió en el 41', pero que se topó con un acertado Rouwelaar. No era justo irse al descanso con 1-1, como tampoco que el NAC lo hiciera con sus 11 futbolistas porque dedicó los últimos cinco minutos a un juego duro consentido por el árbitro. Probablemente, fruto de la impotencia que suponía verse inferior a un Villarreal ordenado y que había hecho méritos para algo más.

Y ese algo más llegó al poco de arrancar el segundo acto. Ibagaza tiró de picaresca e inteligencia, dos de las virtudes que se reclaman en el fúbol y de las que adoleció el NAC (la cara de pardillos que se les quedó fue de libro) para firmar el 1-2 con el lanzamiento de una falta para la que no había pedido aún barrera mientras el portero local la colocaba y observaba impotente cómo el balón se metía dentro de su arco. El 1-2 ponía las cosas en su sitio. Y, aunque quedaba toda la segunda mitad por delante, fue como si los dos dieran por bueno ese resultado. Al Villarreal le sobraban motivos para ello, pero al NAC no le valía de mucho. Pero es que el conjunto holandés apenas inquietó a Diego López. Sin fútbol es difícil hacerlo. La rendición de Breda volvía a ser una realidad casi 400 años después y más aún cuando Llorente firmó el 1-3 en el tiempo de prolongación.