La plantilla animó al holandés en el regreso

No fue un miércoles fácil para Wesley Sneijder. Su reunión con Jorge Valdano, que viajó a propósito a Dortmund para invitarle a aceptar la oferta del Inter horas antes del partido contra el Borussia, fue una contrariedad para él. Y se acentuó mucho más cuando ni se vistió de corto para el amistoso. Por eso, sus compañeros se volcaron con él.

Primero durante el partido, cuando Robben le dedicó su gol. "Lo he hecho porque es mi amigo", explicó el 11 blanco. Y después, en el vuelo de regreso a Madrid. Sneijder ocupó una de las últimas plazas destinadas a la plantilla, siempre acompañado del propio Robben y de Drenthe que, con música y charla, intentaron subirle el ánimo. A ese cometido se incorporó posteriormente Higuaín. El argentino se acomodó junto al centrocampista oranje y comenzó a bromear con él. El Pipita incluso se atrevió a cantar en honor a su compañero de asiento coreando insistentemente su nombre. El clan holandés secundó la idea. Valdano, sentado en la primera fila del avión, se sorprendió por estas muestras de apoyo. Fueron quince segundos que animaron al todavía madridista. Hasta el punto que, minutos antes de llegar a Barajas, ironizó sobre el partido: "¡Qué cansado estoy!". Ya se sabe, al mal tiempo, buena cara. ­