Franck Ribéry ha decidido desafiar al Bayern de Múnich al jugar con Francia 25 minutos. El francés lo tenía todo bien calculado y sabía perfectamente con qué maniobra podía volver a enfadar al club bávaro. Pese a estar tocado, ayer jugó con su selección, algo que le había prohibido su entrenador, Louis van Gaal.

Es una manera más de tensar la cuerda y reclamar su libertad para poder marcharse al Real Madrid, el club donde quiere jugar los próximos años. Ribéry no está contento con el Bayern, sobre todo por cómo le han tratado y por las declaraciones fuera de tono de los dirigentes. Su intención es hacer todo lo que esté en su mano para marcharse.

En el Bayern ha sentado muy mal que el futbolista jugase ayer ante Islas Feroe. El pacto al que había llegado Ribéry con Van Gaal fue otro. El equipo alemán le dejaba viajar con su selección, pero a cambio no podía disputar ni un minuto. La razón es que el francés lleva lesionado casi toda la pretemporada. Primero con un problema en el tendón de Aquiles y luego con la rodilla, algo que tiene muy preocupados a los galenos del Bayern. Se le permitió viajar con Francia para que se despejara y volviera con aires renovados, ya que en las últimas semanas ha estado serio, distante y enfadado. Ribéry se ha despejado y hasta se ha recuperado milagrosamente porque Domenech decidió darle 25 minutos en la segunda parte, previa consulta con el futbolista, que le dijo que estaba en perfectas condiciones para jugar.

Explicaciones.

Hoy será el día de las reprimendas. En cuanto llegue a Múnich, tanto la directiva como el entrenador le pedirán explicaciones por su comportamiento. El francés se mantendrá en sus trece y dirá que su intención es irse del Bayern. Y es que Ribéry ya no tiene ninguna motivación para seguir allí un minuto más.