La autopsia al capitán del Espanyol, Dani Jarque, de 26 años de edad, que se le practicó este lunes en el Hospital de Careggi de Florencia, ya ha concluido.
El presidente del Espanyol, Daniel Sánchez Llibre, aseguró en Italia que "con un poco de suerte", los restos mortales de Dani Jarque podrían volver a Barcelona "esta noche" o, "como muy tarde", mañana por la mañana.
El máximo dirigente añadió que están haciendo este esfuerzo "por la familia" ya que lo está pasando "muy mal", en declaraciones a su llegada a Florencia, donde viajó con otros miembros de la directiva blanquiazul y el secretario de la vicepresidencia de la Generalitat de Catalunya, Rafael Niubó, para acelerar los trámites de repatriación.
La autopsia, ordenada por el fiscal de Florencia, Francesco Tei, comenzó poco después de las nueve de la mañana y se informó de su conclusión pocos minutos antes de las dos de la tarde. Fue realizada por la médica italiana doctora Focardi y tras la misma el médico del club, Miquel Cervera, precisó que las autopsias se dividen en tres partes, la visual, la microscópica y la toxicológica y que la visual "ha ido bien".
Ahora se está a la espera de los resultados de la microscópica y la toxicológica, que se esperan puedan conocerse también este lunes.
El Delegado del club, José María Calzón, al confirmar que ya había concluido la autopsia, se limitó, en la misma línea que Cerversa, a señalar que "todo ha ido bien".
La capilla ardiente se instalará en el nuevo estadio de Cornellà, concretamente en el palco presidencial, en cuanto el cadáver del jugador sea repatriado desde Florencia.
La familia del jugador españolista finalmente no viajará a Florencia después de que se lo haya desaconsejado el Consulado español en Italia.
Dani Jarque murió la noche del sábado, aproximadamente a las 20:00 horas, después de haber sufrido un desfallecimiento una hora antes y de practicársele infructuosamente el protocolo de reanimación.
Según el parte médico facilitado por el Espanyol, éste murió "a causa de una asistolia" en el Centro Técnico Federal de la FIGC. Los médicos que lo atendieron usaron el desfibrilador, que confirmó que se trataba de "una asistolia no desfibrilable".
