"El mejor arquitecto del estadio es Corominas"

Mark Fenwick

"El mejor arquitecto del estadio es Corominas"

"El mejor arquitecto del estadio es Corominas"

La empresa de arquitectura REID FENWICK ASOCIADOS, guiada por Mark Fenwick y Javier Iribarren, fue la que se encargó del diseño del nuevo estadio de Cornellà-El Prat, junto con la ayuda de Esteve Gasulla y Joan Tusell. AS habló con 'el padre' de esta gran obra de arte.

¿Usted es futbolero?

Soy futbolero relativo. En estos últimos años me he llenado de emociones, aunque también he sufrido bastante. Cuando Corominas marcó el gol en el minuto 90 contra la Real Sociedad, hace unos años, salté de alegría. Me dije: 'ha salvado el proyecto'. Es el mejor arquitecto de este estadio, sin duda. Y esta temporada ha pasado algo parecido. Si el equipo hubiese bajado, adiós inauguración.

Usted es el padre del nuevo estadio del Espanyol. ¿La mayor de esas emociones de las que habla la vivió el día 2?

Me llegaron a saltar las lágrimas. Tengo un compañero que siempre me dice: 'cuando inaugures una obra, no tienes que mirarla a ella, sino la cara de la gente que la contempla'. Y es verdad. Estuve en la apertura de puertas y la emoción de la afición fue indescriptible. Todo fueron felicitaciones.

¿Cuántos estadios tuvo que ver para que de sus manos saliese este?

Cerca de 20 estadios alrededor del mundo. He estado en Inglaterra, Alemania, los Emiratos Árabes... Pero no hemos copiado nada, todo es innovación. Una de ellas, por ejemplo, es la de los palcos. En todos los estadios hay una cristalera que impide que los asistentes se contagien del ambiente del partido. Le propuse al club hacer tres filas delante del palco para que puedan salir al exterior. En un primer momento me dijeron que estaba loco, pero confiaron en mí. Ahora, otros clubes ya me han preguntado por esta innovación y quieren copiarla.

¿Cornellà-El Prat es una obra rompedora? ¿La obra de un Andy Warhol de la pintura, por ejemplo?

(Risas). Es cierto que todas las personas se han quedado maravilladas con la arquitectura del estadio, pero, además, hay algunos detalles que pasan desapercibidos pero están ahí. Uno de los momentos más emotivos fue cuando presencié a un minusválido que estaba eufórico porque podía recorrer todo el estadio solo, sin ayudas, y encima contaba con un asiento preparado y en una zona preferencial. Queríamos adecuarlo a todos los públicos. Al fútbol no va el típico bebedor de cerveza, con mucho peso: clásico aficionado inglés. Ya no. El otro día nos quedamos asombrados porque el 30 por ciento de los espectadores eran mujeres.

Explíque cómo fue el inicio de este proyecto, una vez ganan el concurso.

El camino fue complicado. Siempre trabajamos en dos líneas muy claras. La primera de ellas era el presupuesto. No podía ser un estadio monumental, sino austero, con poca grasa y mucho músculo. Todo debían ser cosas aprovechables. Esa era la primera premisa y la segunda, que debía ser un estadio emotivo, que recordase al anterior Sarrià.

O sea, cercano, con mucha acústica, con una capacidad media...

El fútbol no es como el cine o el teatro, o incluso, un estadio de fútbol no se puede comparar a un polideportivo. La gente cuando sale del campo dice: 'hemos ganado'. Eso significa que se siente partícipe del acontecimiento, por lo tanto debe formar parte del éxito. Uno de los aspectos que trabajamos más fue el sonido. La geometría del Gol está diseñada hacia el campo para que todo el ruido vaya en esa dirección. Incluso, la cubierta está colocada y fabricada con un material que evita el eco, un efecto habitual. El sonido rebota en todos los lados del estadio y se proyecta hacia el terreno de juego. No he conocido un campo con tanta intensidad de sonido como este.

¿Cuánto le ha costado al Espanyol este estadio?

60 millones. Muy barato si comparamos la calidad y el resultado con el precio.

¿Sí?

Fíjese, el Liverpool va a construir un nuevo estadio con capacidad para 60.000 espectadores y le sale por... 420 millones de euros. A nosotros nos ha salido por 60 cuando la capacidad del estadio es de 40.000 y todos están encantados con la arquitectura, los servicios y los detalles.

¿Que más elementos innovadores tiene el estadio?

La fachada, por ejemplo. Queríamos vestir el estadio como si tuviese una camiseta, en este caso con las diferentes tonalidades de azul que ha tenido el Espanyol a lo largo de su historia. Perelló nos ayudó mucho en ese punto. Me comentó un amigo que, el día de la inauguración, la luminosidad se apreciaba desde el aeropuerto y era una obra de arte. Parece que el estadio palpite como un corazón. Hay precedentes de esa idea, sin ir más lejos el Allianz Arena de Munich, que también miramos, pero no se puede comparar el precio. Aquello es carísimo. Y luego está la cubierta. No conozco ningún estadio que utilice una viga de 220 metros. La hemos bajado para que presiona hacia el campo. Y luego está la energía sostenible: ¡Hasta los urinarios no gastan agua! Todo eso va acompañado por un excelente sistema de ventilación. No hay estancamiento de calor porque en la fachada hay tres centímetros de separación que sirven de respiradero.

Está emocionado. ¿Cómo ha sido su relación con el club en estos años?

Magnífica. Joan Tusell ha tenido el papel más difícil, porque hacía de árbitro entre nosotros y el club, pero nunca hemos tenido momentos de tensión. De Dani Sánchez Llibre sólo puedo decir buenas palabras. Es una persona que si tiene confianza en tí, te deja trabajar tranquilo y no pone inconvenientes a nada. Hasta FCC y Copisa, las constructoras, también se portaron muy bien.

¿Cuál fue el momento más complicado de la obra?

Fue difícil ajustar el presupuesto, pero poco más. No recuerdo un problema gordo, como tenemos ahora con Mestalla.

¿Se encargan ustedes de otros estadios?

Ahora en septiembre se reiniciarán las obras de Mestalla y estamos trabajando en el nuevo de la Peineta, que debe servirle al Atlético de Madrid en el futuro y, a la vez, a la ciudad de Madrid para albergar los Juegos Olímpicos. También tenemos proyectos de estadios en Oriente Medio y excelentes relaciones con la UEFA.

Los accesos siguen siendo un gran inconveniente en Cornellà-El Prat. ¿Cuándo estarán finalizados?

Aún queda un tiempo, porque primero hay que construir la famosa rotonda que dé salida a la autopista y luego los aparcamientos del centro comercial. Pero la afición dio una lección de civismo en la ceremenio inaugural. Practicamente, no hubo tráfico.

Una de las ventajas del estadio es la cercanía de la afición con el equipo, pero puede ser un arma de doble filo. Si no hay civismo...

Sería una pesadilla, claro. El comportamiento de la afición debe ser ideal y ejemplar. Y creo en ello. También tuvimos reuniones con la Policía y los miembros de seguridad. Saltar al terreno de juego es muy fácil, pero, afortunadamente, en el fútbol este grupo de aficionados es minoritario y estoy convencido de que no habrá problemas de este tipo. La seguridad fue otro de los puntos en los que trabajamos mucho. El estadio está diseñado para que, si un día hay un problema, quede evacuado en tres minutos y 20 segundos. ¿Usted sabe lo difícil que debe ser que salgan 40.000 personas de un recinto en ese tiempo? Pues lo hemos conseguido. Para nosotros también es un sueño.