El encuentro sirvió además para que los internacionales españoles disputaran sus primeros minutos de la pretemporada, lo que ofreció la imagen de David Villa saltando al campo como capitán valencianista, cuando pocos apostaban este verano por ver de nuevo al atacante con la camiseta del Valencia. Los dos equipos se tomaron con mucha seriedad el encuentro desde el primer minuto y ofrecieron un choque muy intenso, tanto en el trabajo en la presión como en el juego.

El Manchester, pese a la buena disposición defensivo del conjunto español, tuvo las dos primeras ocasiones de gol protagonizadas por su pareja atacante, Wayne Rooney-Michael Owen, pero los disparos de ambos no encontraron portería por muy poco. El mayor dominio de los ingleses en el arranque fue contrarrestado, con el paso de los minutos, por el Valencia a través de un incremento en la posesión del balón, una presión efectiva y un gran dinamismo en su medular, con constantes cambios de posiciones de los jugadores de banda.

Con esta fórmula el equipo de Unay Emery se acercó por primera vez con peligro al área de Foster, tras una espectacular jugada de contragolpe que acabó con un balón repelido por el larguero, tras un potente disparo desde la frontal de Michel, uno de los grandes protagonistas de su equipo en la primera mitad.

El Valencia pasó a dominar un choque con fases de buen juego, mientras que los del Alex Ferguson se mostraron más irregulares, aunque unos y otros tuvieron alguna opción para inaugurar un marcador que llegó al descanso sin variaciones. En la segunda parte, Emery varió la totalidad del equipo, a excepción de la portería, de salida lo que acabaría provocando la gran anécdota del encuentro, ya que a los diez minutos de la reanudación se lesionó Carleto y, al haber cambiado a todos los jugadores de campo, tuvo que salir al césped el portero Moya para jugar de centrocampista, aunque apenas participó en el juego.

Los numerosos cambios en ambos bandos despersonalizaron el partido, que entró en una dinámica de intercambio de golpes. El venezolano Miku pudo adelantar al Valencia muy pronto, pero sería el Manchester el que inauguraría el marcador al cabecear Rooney un gran centro de Antonio Valencia. El descontrol en el juego favoreció al Manchester, que sin las dificultades defensivas con las que se había encontrado en la primera parte demostró un mayor peligro en ataque, lo que permitió aumentar su ventaja tras una nueva asistencia de Valencia que aprovechó Cleverley para anotar el 2-0.