De quinceañero a crack

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LA VIDA DE BENZEMA (CAPÍTULO II). Karim se vio obligado a madurar de forma rápida desde que a los 15 años su carrera se convirtió en algo vertiginoso. Cuando tenía 17 años debutó en la Liga y la Champions y fue convocado con la selección de Francia.

Con 17 años Benzema pasó de ser un quinceañero prometedor a una gran estrella mediática. Las comparaciones con el veterano Henry, de las que él siempre huyó, eran constantes. Su trampolín definitivo fueron las dos finales consecutivas jugadas de la Copa Gambardella, prestigioso campeonato francés para menores de 18 años. En la primera (2005), en el Stade de France, el Olympique perdió 6-2 pero él marcó los dos goles. Al año siguiente, ante el Strasburgo, volvió a marcar el único tanto lionés (3-1).

Los dirigentes de la entidad francesa estuvieron a punto de dejarle escapar antes, en 2003, un desastre similar al que vivió el Metz cuando rehusó quedarse con un joven Platini, que finalmente fue al Nancy. El primer entrenador de Karim, Armand Garrido, lo explicó así: "Era sólo un proyecto amateur. No todo el mundo estaba convencido con él. Recuerdo que fuimos a jugar con el Sochaux, ganamos 4-0 y él marcó todos los goles. El entrenador del primer equipo del Sochaux, Guy Lacombe, estaba allí. Llamó inmediatamente para ficharle. El Rens también ofreció dos millones (Karim tenía 15 años), al igual que algún club extranjero como el Ajax".

Finalmente Jean-Michel Aulas impuso su opinión y Benzema se quedó. Era noviembre de 2003. A partir de ese momento Benzema explotó como jugador y en ocho meses marcó 38 goles con sólo 16 años, algo que nunca se había visto en la entidad desde la época de Cédric Bardom (delantero francés que jugó en el Olympique del 92 al 98).

Confirmación.

Esa misma temporada también brilló en la final del torneo de Montaigu contra el Nantes (victoria 4-0). Armand Garrido (su técnico) tiene grabada una imagen: "Ya no había dudas con él. Fue mejor goleador y mejor jugador del torneo. Tras la entrega del trofeo sentí una mano en la espalda. Era René Girard (ex futbolista en los 60 y luego entrenador, en aquella época, de las categorías inferiores de Francia). Me dijo: "¡Vaya bomba tenéis! ¿Cómo es que no le habéis hecho contrato profesional?". Días después era llamado para debutar con la Sub-17 ante Suiza (luego conquistaría el Europeo de la categoría junto a promesas como Ben Arfa, Méndez y Nasri).

Recta final.

Dio el último paso en la cantera al ascender al filial del Olympique (Sub-18), y marcar 12 goles en 14 partidos (también ganó el campeonato francés). La eclosión del futbolista no pasó desapercibida para Paul Le Guen (técnico del primer equipo), que le hizo debutar en partido oficial de Liga el 15 de enero de 2005 contra el Metz. Benzema entró en el minuto 77 y dio la asistencia del segundo gol del Olympique. Días después, firmaba su primer contrato profesional alternando el primer equipo y el filial.

Su sueño de debutar en la Champions no tardó en hacerse realidad. Lo hacía frente al Rosenborg (aún con 17 años) marcando un golazo. Su leyenda empezaba a gestarse y su imagen era la más repetida en todos los diarios deportivos franceses. Fue entonces cuando Argelia le quiso convocar con la absoluta. "Me hace más ilusión Francia", contestó. Domenech le llamó meses después para un amistoso contra Grecia. Karim se lesionó en la previa y se cayó de la lista. "Volveré", afirmó. Y lo hizo ante Austria en 2007, marcando en su debut.

Con sus 182 centímetros y un físico cultivado en la escuela de Tola Volage, Benzema se ha convertido en un goleador de manual. En aquel tiempo, Luis Fernández lo definió así: "Es como Morientes en su mejor momento. No destaca por su potencia, Henry tiene más. Tampoco es explosivo, le falta tocar más el balón, pero tiene un poco de todo eso y la capacidad de convertir en gol todo aquello que debería ser gol". Benzema demostraría después que Luis no se equivocaba.