Nada más aterrizar en Boston procedente de Los Ángeles, Zlatan Ibrahimovic se fue directo a un hospital de la capital del estado de Massachusets. El sueco se lastimó la muñeca izquierda en el último amistoso jugado con la camiseta del Inter frente al Chelsea (perdieron por 2-0) y se temió lo peor. Durante muchas horas se especuló con la posibilidad de que la tuviera fracturada y que necesitara una intervención. Pero no. La fortuna estuvo de su parte y tras los reconocimientos médicos oportunos, el nórdico supo que sólo tenía el golpe; fue entonces cuando volvió a sonreír.
Los últimos días fueron complicados para Ibrahimovic. Fuentes del equipo italiano confirmaron que ha estado muy nervioso, esperando un desenlace favorable a la operación a dos bandas: Samuel Etoo, al Inter y él, al Camp Nou. Pese a todo, Jose Mourinho quiso que jugara con sus compañeros. La comunidad sueca e italiana de la Costa Oeste de los Estados Unidos esperaban desde hacía tiempo a verle en acción. El portugués le concedió media hora, pero no estuvo muy atinado. No aparecieron esos remates de espuela ni los controles acrobáticos que acostumbra a realizar cuando está en plena forma. Lógico. La pretemporada para Ibrahimovic comenzó a complicarse cuando Joan Laporta y Txiki Begiristain filtraron su viaje relámpago a Milán para tratar de concretar su fichaje.
Lesiones.
Pese a todo, el delantero deberá ser muy bien revisado por los servicios médicos del club azulgrana. En los tramos finales de los campeonatos acostumbra a acumular dolencias físicas importantes, circunstancia que no le permitió estar con sus compañeros: en abril de 2007 tuvo que operarse de una lesión en el adductor derecho, mientras que en 2008 se perdió los últimos tres meses del campeonato italiano por problemas en la rodilla izquierda. De ahí que los exámenes clínicos deberán ser extremos.
De acabar de concretarse hoy el fichaje, Ibrahimovic llegaría a Barcelona en los próximos días, donde sería recibido como el nuevo crack. Pep Guardiola estaría feliz, puesto que tendría un delantero del perfil que a él le agrada. Con el sueco en el campo, posiblemente el Barcelona pierda intensidad a la hora de presionar la salida del balón, pero ganará a la hora de proteger el esférico y jugar de espaldas a la portería rival.
