Franck Ribéry continúa haciendo una vida totalmente paralela a la del resto de sus compañeros. Ayer no viajó junto al equipo a Gelserkirchen, donde el Bayern disputa estos días un cuadrangular. Mientras los demás futbolistas salían del hotel a las 9:15 para montarse en el autobús que los llevaría al aeropuerto desde la concentración de Donaueschingen, Ribéry, sentado en el mismo sitio donde siempre toma café, miraba la estampa y departía unos minutos con Uli Hoeness.

El mánager del Bayern no quiso irse del hotel de concentración del Bayern sin mantener una última conversación con el francés. Luego, en un corrillo ante los periodistas alemanes y off the récord, el dirigente dio algunas claves de lo que se habló en ese último encuentro ayer mismo por la mañana: "Ribéry se queda con nosotros finalmente. El jugador lo ha entendido todo".

Hoeness explicó a Ribéry que el 1 de julio se abrió un plazo de 14 días para que todos los equipos que quisieran presentaran ofertas por él. "No nos ha llegado ningún ofrecimiento, Franck, y ya es tarde para que salgas". Según ha podido saber AS, Ribéry no se cortó a la hora de rebatir ese argumento y le recordó a Hoeness que al Madrid nunca se le permitió esa posibilidad: "Nunca habéis querido escuchar su oferta".

El jugador ha hecho todo lo posible para salir del Bayern. Antes de incorporarse al trabajo ya dijo que quería salir de la entidad, a sabiendas de que el Madrid estaba interesado en ficharle. Luego, cuando supo que el Bayern se negaba a escuchar al Madrid, se presentó ante Hoeness y Rummenigge paa decirles que si no le dejaban salir se iría la próxima temporada por el artículo 17 de la FIFA por 20 millones. Ahora, frustrado, aún espera un milagro para poder ir al Madrid.