El Athletic tardó demasiado en enterarse que tenía otro exigente rival delante, el Anderlecht, subcampeón belga y participante en la Champions. Tuvo delito, porque sobre el césped debían pelear por ponerse medallas un buen número de suplentes. Apenas Bóveda y Etxeberria brillaron sobre el resto. Caparrós se enfadó y con razón. Los leones se van últimos del Trofeo Guadiana y con ciertas dudas sobre su juego.

Perder a penaltis ante los de Bruselas no es un deshonor, pero el partido no fue de recibo. Al menos, inicialmente. El Athletic salió muy frío y lo pagó caro. A los cuatro minutos, el argentino Matías Suárez anunciaba una tarde complicada al marcar por bajo, pero el tanto era anulado por fuera de juego. Fue una pesadilla para los centrales rojiblancos, con Ustaritz fallón. Poco después, el sudamericano aprovechó con clase un centro al área tras recortar a un jugador rojiblanco y utilizar su pierna mala para batir a Armando, que se desgañitó para corregir errores en la primera mitad.

Los bilbaínos se habían acercado con un disparo de Etxebe y una arrancada del debutante Castillo, pero el meta belga estuvo en su sitio, aunque la primera de las dos opciones la despejó con el pecho sin poner las manos. Con una pinta horrible, vamos.

El equipo de meritorios de Caparrós no funcionaba con Orbaiz y Yeste de pivotes, y David López, desaparecido en la izquierda. Bóveda sufría con el rival más complicado, el africano Boussoufa, pero terminó imponiendo su físico y gozó de la ocasión para ganar el partido. A Caparrós le gusta. A mí, también.

El 0-2 belga encendió las alarmas. Menos mal que entre Etxebe y De Marcos tejieron enseguida una jugada para recortar distancias. Lo mejor fue la llamada al descanso. Yeste pasó del centro a la izquierda y se notó mejor. Un saque perfecto habilitó a Gurpegi para que marcase de cabeza. Gran noticia. El Athletic necesita recuperar a este futbolista y no sólo para cuando esté lesionado Javi Martínez. Caparrós debe acorazar al equipo, porque sufre en defensa. Muniain intentó cosas, pero sin suerte, y sólo la rentabilidad por la derecha de Etxebe hacía presagiar peligro.

La derrota a penaltis fue anecdótica. Falló Iturraspe de salida y, aunque Armando recuperó el marcador con una parada, Yeste mandó muy lejos su penalti. Definitivamente, lo suyo no son los lanzamientos desde los once metros. Por cierto, Gurpegi lo tiró muy tranquilo, pero mejor aún lo pegaron Susaeta, potente, y Koikili, ajustado. El Athletic recogió en manos de Yeste el trofeo del perdedor, pero todo será bienvenido si no hace una pifia ante el Young Boys suizo. Hoy empezará Caparrós a preparar el choque. Hablará con Meléndez, que lo vio en directo, y Vicen Gómez estuvo allí grabando el partido.