Sorprende la noticia de que el Bayern haya dado de baja médica sine die a Ribéry por una bursitis de rodilla. Es una patología menor, sin gran trascendencia desde el punto de vista clínico y cuya evolución a la cura total es rápida y no deja secuelas. En medicina del deporte es difícil dar una baja larga por una bursitis de rodilla. Las molestias o el dolor no suelen impedir el entrenamiento ni la competición.

En el caso de Ribéry el asunto suena como mínimo dudoso por no utilizar términos más duros. No dudo del jugador, pero en mi carrera he visto en infinidad de ocasiones cómo el deportista se refugia en la esfera médica para evadirse de una problemática personal, laboral o conseguir un objetivo que nada tiene que ver con un cuadro médico real. Esperamos que en este caso Ribéry se comporte como un deportista dentro y fuera del terreno y que la admiración que despierta como deportista no se empañe por comportamientos anómalos.