El Cruzeiro neutraliza al Estudiantes y queda mejor perfilado en la final

INTERNACIONAL | COPA LIBERTADORES

El Cruzeiro neutraliza al Estudiantes y queda mejor perfilado en la final

Un Cruzeiro compacto, irreverente y decidido neutralizó los ímpetus de un equipo al que le costó abrir a la defensa brasileña y que en varios pasajes lo pasó mal con los contraataques que la formación de Belo Horizonte ensayó con decisión, especialmente en los minutos finales.

El Cruzeiro brasileño rompió hoy la racha de siete victorias consecutivas en casa del Estudiantes argentino y, con un empate a cero en el partido de ida de la final de la Copa Libertadores, quedó mejor perfilado para el choque decisivo de la próxima semana en Belo Horizonte.

Un Cruzeiro compacto, irreverente y decidido neutralizó los ímpetus de un equipo al que le costó abrir a la defensa brasileña y que en varios pasajes lo pasó mal con los contraataques que la formación de Belo Horizonte ensayó con decisión, especialmente en los minutos finales.

Los brasileños jugaron dispuestos a impedir que el conjunto bonaerense hiciera pie en el partido, pese a que exigió a fondo en cuatro ocasiones al portero Fábio, y terminaron ahogándole.

La premisa del Estudiantes era cumplir con su objetivo de todo el torneo: ganar en casa, marcar una diferencia importante en el marcador y proteger su meta imbatida en los siete partidos anteriores disputados en casa.

Se llevó por delante al equipo de Adilson Batista desde que salió de los vestuarios, le hizo sentir el rigor de su condición de visitante, le atosigó con una presión permanente en su área y a los 11 minutos obligó a su portero Fábio a un notable esfuerzo para neutralizar un tiro libre de Verón y a los 16 a hacer lo mismo con otro disparo de Enzo Pérez.

El conjunto de Belo Horizonte, no obstante, mantuvo la línea, se esforzó en mantenerse concentrado y expuso recursos para aprovechar los espacios abiertos por la ansiedad ofensiva de los argentinos con Kléber como abanderado.

Atenuado el ventarrón local, los brasileños entendieron que los locales se pasaban de revoluciones en su búsqueda de la ventaja y Marquinhos, Ramires y Wagner se apoderaron del balón, combinaron con precisión y llevaron el juego a campo contrario.

El Cruzeiro, que aisló a los creativos Verón y Benítez, decidió cerrar espacios, jugar y no comprometerse con las fricciones que intentaba imponer el Estudiantes y con ello le bastó para tomar el control del encuentro durante varios minutos, sin inquietar demasiado al portero Mariano Andújar, pero desarticulando los planes del entrenador Alejandro Sabella.

Dos goles evitó Fábio ante un remate a bocajarro de Boselli y un cabezazo de Desábato en el comienzo de la segunda parte, tras un cambio sorpresivo de estrategia por parte del Cruzeiro, que se replegó exageradamente.

Al equipo ''mineiro'' poco le convenía esta postura ante la escasa creatividad, resolución y profundidad estudiantil. Entonces cambió de inmediato, se recompuso e intentó tomar la iniciativa, con determinación pero también con numerosas faltas.

El partido se hizo denso. Al Estudiantes lo impulsó hacia adelante el aliento de la multitud y los gritos y gestos de Verón, frente a un Cruzeiro implacable en los marcajes y en la recuperación constante de la pelota, decidido a cortar de cuajo todo intento local.

En medio de la confusión general Kléber desperdició a los 79 minutos la mejor oportunidad brasileña del partido, al rematar desviado frente a la portería de Andújar, y Wellington Paulista perdió otra cuatro minutos después.

El Estudiantes había expuesto espíritu y ganas, y el Cruzeiro un planteamiento inteligente, dinámico, con el que no sólo apagó el fuego argentino sino que provocó varias situaciones con las que estuvo a puntos de alzarse con el triunfo.