En cualquier fichaje de un crack suele ser mínima la relación entre los presidentes que compran y venden a un determinado jugador. No se suelen ver, no suelen hablar y mucho menos reunirse para cerrar los términos del acuerdo. Para eso hay otras figuras dentro del club. En este juego los presidentes se convierten en personajes intocables, que se encargan de transmitir a sus intermediarios las órdenes y la estrategia de negociación. En este escenario, representantes, intermediarios y directores deportivos suelen ser los únicos protagonistas.

Sin embargo, en el fichaje de Benzema por el Real Madrid, Florentino Pérez y Jean Michel Aulas han sido los auténticos artífices del traspaso. Ambos han querido llevar personalmente la operación por la buena amistad que existe entre ellos desde hace años. En el caso Benzema tanto Jorge Valdano como Bernard Lacombe, directores deportivos de ambos clubes, mantuvieron contactos para cerrar la operación, pero siempre bajo las directrices que marcaban las conversaciones y reuniones entre ambos presidentes.

Y es que la amistad de Florentino y Aulas viene de las reuniones del G-14, en las que ambos mandatarios generaron un buen feeling desde la primera vez que coincidieron hace ya nueve años, en el 2000. Cuando Florentino Pérez dimitió como presidente del Madrid en 2006 su relación no se deterioró, ni mucho menos, y era habitual que Aulas le telefoneara para interesarse por él.

En el fichaje de Karim Benzema el entendimiento ha sido absoluto, a pesar de que en las primeras conversaciones diez millones de euros separaran a los dos clubes (35 a 25).

Aulas demostró su amistad con Florentino cuando el Manchester se entrometió en la operación e hizo todo por quitarle al Madrid a Benzema. El propio presidente desoyó la oferta de Ferguson por la palabra que le dio a Florentino de que si su jugador salía sería con el Madrid como único destino. Incluso, aceptó perderle esta temporada cuando quería retenerle un año más...