La UEFA ha solicitado a los clubes participantes en competiciones europeas la próxima temporada, tanto en la Liga de Campeones como en la Liga de Europa, un exhaustivo informe médico de todos los jugadores según aparece en las normativas que regirán las futuras competiciones.
Estas exigencias médicas aparecen en el anexo noveno de la normativa que regulará dichas competiciones la próxima temporada y que en algunos casos serán de obligado cumplimiento y en otros serán opcionales. Este documento consta de siete epígrafes que incluyen desde una breve historia futbolística del jugador hasta un historial médico pasando por un examen médico general, examen cardiológico, analítica completa así como test funcionales y radiológicos.
La UEFA comienza solicitando cierta información futbolística como el número de partidos disputados por el jugador como la posición que ocupa en el terreno de juego y cual es su pie dominante. En el punto segundo ya comienza con los datos médicos propiamente dichos como un historial familiar de enfermedades padecidas tales como la diabetes, el cáncer o problemas vasculares y cardiacos así como un historial propio del deportista en los que se solicita información sobre lesiones que hayan necesitado de intervención quirúrgica, hospitalización o ausencia de los terrenos de juego por espacio superior al mes.
También en este apartado se pide un listado sobre la medicación o suplementos nutricionales que consuma el jugador y un registro de vacunación haciendo especial hincapié en el tétanos y en la hepatitis A y B. En el examen médico general aparecen datos como la altura, el peso, la presión arterial o el estado de la cabeza y el cuello, pecho y pulmones o el sistema nervioso y motor.
Se exige además un electrocardiograma y un ecocardiograma y una analítica completa tanto de sangre como de orina. Dentro de los test funcionales se requiere información acerca de la espina dorsal, hombro, rodilla tobillo o pie y por lo que respecta al examen radiológico debe incluir resonancia magnética y rayos X y las radiografías realizadas a un jugador, sobre todo después de una lesión, deben incluirse en el registro médico del futbolista.
