El Villarreal, siempre que comienza su calentamiento, lo hace al son de 'Violeta', una canción que en su día cantó Alcides en Argentina y que utiliza la plantilla como talismán ante cualquier evento importante. Con esta sintonía y el mismo Alcides en el escenario dio el Submarino el pistoletazo de salida a la temporada 2009-10, sin anunciar fichajes como era habitual y con la presencia de Ernesto Valverde frente a su nueva afición.

Como no podía ser de otra manera, Fernando Roig ejerció de maestro de ceremonias. El presidente anunció que los abonos costarán lo mismo y reiteró que los parados no tendrán que abonar su carnet como medidas anunciadas para esta campaña. El resto lo dejó claro Roig: "Llegan momentos de esfuerzo, de crisis, pero con la ilusión y la esperanza de que el Villarreal es capaz de mantenerse un año más en la élite". Además, aprovechó para dar de nuevo la bienvenida a Ernesto Valverde, del que dijo que "es nuestro gran fichaje, un gran técnico, con una gran ilusión".

Sin sorpresas.

Lo que se echó en falta en esta ocasión fue la habitual sorpresa con la que el presidente solía amenizar estas galas. Por eso el propio Fernando Roig no dudó a la hora de afirmar que "esta vez, el fichaje es el equipo, la continuidad en el proyecto. Lo único que le pido a la gente es que siga creyendo en nosotros y en nuestras ideas. Nuestro objetivo es hacer un equipo mejor con menos gasto". Y en ello se encuentra un Submarino que ayer echó a andar.