Casillas acabó cabizbajo la temporada. Jugando partidos por decisión de Juande Ramos en los que su equipo no se jugaba nada, en los que la inercia tras la debacle del clásico hizo que el Real Madrid se dejase llevar en el final de Liga. Su rostro, serio por cada tanto que encajaba, mostraba la imagen de un ganador poco acostumbrado a la derrota.

La remontada que protagonizaba el Real Madrid hasta ser goleado por el Barcelona, cuando creció desde su reconstrucción defensiva, también sacó a relucir la mejor versión de Iker. Se había metido de lleno en la lucha con Víctor Valdés, portero del Barcelona, por ser el portero menos goleado del campeonato.

Todo comenzó a venirse abajo el 21 de abril, en aquel trepidante encuentro ante el Getafe en el que acabó siendo protagonista por detener un penalti a Javi Casquero que permitió la remontada final con un nuevo tanto milagroso del argentino Gonzalo Higuaín. Aquella noche encajó dos goles que empeoraron su media después de cuatro encuentros consecutivos sin encajar tantos (Almería, Málaga, Valladolid y Recreativo).

En los últimos siete encuentros de Liga, Casillas encajó 21 goles. Una media de tres tantos por partido que no ha terminado de asimilar. Ahora, vuelve a sonreír en Sudáfrica, donde como capitán de la selección española asume un rol en el que está cómodo.

Contagiado por el buen rollo del vestuario, del fútbol vistoso de España, el encuentro en Bakú ante Azerbaiyán (0-6) lo necesitaba un jugador que ya es leyenda de la ''roja'' con sus 92 internacionalidades. El tercero que más encuentros ha disputado tras Raúl González (102 partidos) y Andoni Zubizarreta (126).

"Es un orgullo acercarme poco a poco a números de récord pero si te digo la verdad sois los periodistas los que me recordáis cuando los bato. Ahora, estoy centrado en la Copa Confederaciones. En volver a conquistar un título con la selección y eso está por encima de cualquier aspecto personal", confesó a Efe.

"Es cierto que necesitaba volver a competir, sentir la adrenalina de un partido, acabar sin encajar goles. El fin de temporada con el Real Madrid no fue bueno. A nadie le gusta recibir cinco derrotas consecutivas aunque tuviésemos el segundo puesto de Liga asegurado", añadió.

Iker dejó una imagen para la posteridad, levantando la Eurocopa en el Ernest Hapel, el antiguo Prater vienés. Ahora sueña con cumplir el papel de favorito que se otorga a España en la Copa Confederaciones y volver a alzar un trofeo.

"El sentimiento que hay en el grupo es el de hacer algo grande, conquistar un título que no tenemos como la Confederaciones y demostrar porque mucha gente nos ve favoritos. Para ganar a cualquier selección tendremos que mantener nuestro estilo. Esta selección está capacitada para todo", explicó.

Para Casillas no es la primera ocasión que se juega un título en Sudáfrica. Jugó la Meridian Cup en 1999 y la ganó tras derrotar a Ghana en la final (2-1). "Guardo grandes recuerdos de aquel torneo. Diez años después espero que España repita la historia"