El Real Unión, que afronta esta semana la última eliminatoria en su intento de ascender a Segunda División, ha negado hoy las imputaciones hechas desde algunos medios de estar detrás de un intento de compra de partidos en su anterior eliminatoria contra el Cádiz.

El conjunto gaditano ha denunciado el intento de soborno de su jugador Dani Cifuentes, ex futbolista de la Real Sociedad, al que se habría ofrecido una cantidad de dinero, según se denunció, para que cometiera un penalti durante el partido que disputaron ambos conjuntos en la primera ronda de ascenso y beneficiar así al conjunto irunés.

Hoy el club guipuzcoano ha emitido un comunicado en el que niega todas las imputaciones y muestra su malestar por el tratamiento dado a la noticia por algunos medios de comunicación, al haberse añadido "comentarios y apreciaciones" e incluso "conclusiones que no se ajustan a la realidad".

El Real Unión no entiende que se le implique en estos hechos sobre la base de unas pruebas que inicialmente eran una conversación al teléfono móvil de Cifuentes que estaba grabada y posteriormente se corrigió este extremo, en el sentido de apuntar al representante del futbolista como destinatario de la misma y descubrirse que no existe tal grabación.

También ha mostrado el club irunés su malestar por la interpretación que se ha hecho, para implicar al Real Unión en la denuncia de Cifuentes, de "un acto protocolario" en el hotel de residencia de la expedición del Cádiz cuando directivos unionistas acudieron a "entregar una invitaciones".