Tras llegar a un acuerdo con el Betis para que no se haga efectivo el precontrato que tenía pactado y por el cual se incorporaría el 1 de julio a la disciplina verdiblanca, Bruno Saltor y su entorno han encontrado un nuevo obstáculo, una especie de peaje. El lateral del Almería deberá mover bien sus fichas, a través de su representante, si quiere convertirse en el nuevo lateral derecha del Barcelona tricampeón. Consciente del interés de Pep Guardiola por incorporarlo como primer recambio de Daniel Alves, el jugador aseguró ayer que "queda anulado el pacto con el Betis", en virtud del descenso del equipo verdiblanco a Segunda División. Pero el camino de regreso de Bruno a Barcelona (se formó en los equipos inferiores del Espanyol) aún no está del todo expedito. Resulta que el acuerdo firmado por Saltor no tenía como otra parte actuante al Betis, sino a una empresa propiedad del accionista mayoritario del club sevillano, Manuel Ruiz de Lopera. Así, los dirigentes del Barça deberán negociar con don Manué o alguno de sus representantes para conseguir el fichaje del defensa, en quien Guardiola ve un recambio de plenas garantías.