Enfado de los cracks con la fiesta de celebración

Enfado de los cracks con la fiesta de celebración

Una vez finalizado el partido, de atender a los medios y de regresar a la tierra, los jugadores del Barcelona fueron trasladados desde el Olímpico de Roma al palacete Villa Aurelia, en el corazón del barrio del Trastevere, en el autocar oficial del equipo. Los jugadores siempre creyeron que la fiesta sería privada. La idea era que asistieran los familiares de los protagonistas y los directivos; pero ocurrió que éstos, a su vez, invitaron a una serie de compromisos que convirtieron la celebración en una especie de boda multitudinaria, con más de 2.000 invitados. La esposa de Dani Alves, por ejemplo, con un embarazo bastante adelantado, tuvo que ser atendida por un problema de ansiedad: la cantidad de aficionados que también se agolpaban en las puertas acabó de incomodar a las personas más cercanas a los profesionales.

Por ese motivo, algunos jugadores al principio y casi todos después decidieron abandonar la velada, se montaron en un autocar privado y buscaron un lugar en el que poder celebrar, esta vez sí en la intimidad, los títulos logrados en la histórica temporada, que se cerrará mañana en Riazor. Tenían libre hasta el mediodía y el regreso al hotel de muchos de ellos se hizo de manera escalonada.