El primero de Pep

Athletic - Barcelona | La contracrónica

El primero de Pep

El primero de Pep

La ansiedad jugó un papel importante en esta final de Copa, pero el Barça no se despeina con los nervios. Templó el partido después del gol de Toquero. Ganó la calidad y la constancia. El primer triunfo de Pep Guardiola. Se lo merece su fútbol.

Agitación. No se conoce ningún partido reciente que haya recibido tal dosis de agitaci era, en primer lugar, una Copa devaluada, en un momento además de remanso en la Liga, pero la historia del Barça y del Athletic la levantaron hasta expectativas increíbles. Y esa emoción agarrotó a los futbolistas, que empezaron a entender que estaban jugando un partido de fútbol después de que Toquero agarrara a Pinto pensando en otras cosas. Pero fue un ensayo para la goleada, que vendría desde el otro campo.

Los entrenadores. Sin duda, los más fogosos de la Liga; se toman en serio su trabajo, y están al frente de dos equipos que les exigen una fidelidad que ellos se exigen a sí mismos también. Caparrós no es vasco ni fue del Athletic, pero hace rato que tiene ese espíritu, y Guardiola es del Barça hasta el tuétano. Pep dijo que a él le hubiera gustado jugar este partido, y padeció la primera media hora una ansiedad de la que no se contagiaron sus jugadores. Caparrós fue la ansiedad siempre, pero el marcador lo fue amortiguando. El resultado es un resumen de la historia de los dos clubes este año. Si hubiera sido otro habría sido sólo por el milagro que hacen las copas, cuando juegan estos dos equipos. Pero no hubo milagro anoche en Mestalla. Toquero fue flor de un minuto.

Persecución. Decía Caparrós que si había un límite en el 5 para atacar a Messi ellos estarían en el nivel 2; lo superaron. A Messi le persiguieron hasta el aliento. Ese fue el factor con el que quisieron resolver los bilbaínos la ansiedad que les producía el Barça. Tuvo que ser Touré el berbiqu y Touré se lo tomó tan a pecho que incluso hizo un gesto malvado para mostrar una alegría que le dio energía al Barça. Y desde entonces no importaba tanto Messi, sino la ansiedad atlética, que se convirtió en su propio antídoto. Cuando Messi rompió el maleficio el Athletic ya había empezado a romperse.

Ganas. Este Barça no perdona; el rasguño que le hizo Toquero (un obrero del fútbol, es verdad) fue un acicate; y a pesar de que el entrenador del Athletic era un flan en el banquillo, los futbolistas se dispusieron a hacer lo que Pep les enseñó. El resultado fue un espectáculo que mejora, incluso, el resumen de la Liga.

Lehendakari. A Toquero le gritaron de todo: le querían nombrar lehendakari, por el gol. Esta denominación le viene bien. Pero delante tenía un equipo cuyas estrellas también trabajan como operarios, todos. Si Guardiola ha hecho de este Barça un equipo grande es porque todos se arremangan. Toquero, lehendakari por un rato, pero en el Barça hay muchos que podrían presidir la Generalitat si nos metemos en eso.

Polémica. Las copas del Rey nacieron para la polémica, sobre todo porque, excepto algunas finales como ésta, siempre parecen de guante blanco. Hubo anoche dos incidentes que darán pábulo a mucha polémica mediática: el himno, que parece que se dio en diferido en el descanso del partido, y ese botellazo a Alves. Iba a ser un partido para la historia del fútbol y termina siendo también un partido para la intrahistoria del fútbol. Algún energúmeno lanzó ese objeto. Pero no empañó el fútbol, no podría.

Pep. Primer título, felicidades. Ha venido a traerle dignidad al fútbol. Todos deberíamos saludarlo así.