Mateo Alemany, presidente del Mallorca, reconoció ayer que el propietario de la entidad, el ex presidente Vicente Grande, repartió de forma un tanto alegre gratificaciones y amplió contratos de forma generosa en los últimos tiempos de su mandato. "No son comisiones, la auditoría refleja que al final de la temporada anterior y el comienzo de ésta el presidente anterior decidió diferentes acciones con diferentes empleados, mejoras de contrato, gratificaciones y ampliaciones. No valoro la gestión anterior pero hay una disfunción entre la situación del club y esas actuaciones". No obstante, admitió que "son procedimientos que se hicieron desde un punto de vista formal y documentado".

Alemany compareció acompañado por el secretario del consejo, el abogado Joan Buades, tras analizar en el consejo el resultado de la auditoría que encargó nada más llegar a la entidad. Reconoció que la situación es "delicada" y recordó que "desde mi llegada hemos financiado la deuda a corto plazo, hemos cumplido con los pagos y hemos retrasado otros".

El presidente dijo que la auditoría no refleja irregularidades por parte de Vicente Grande, "el dinero de los traspasos está acreditado, no se desvió a ninguna empresa de Grande. En el centro de las miradas, el director deportivo Nando Pons, que llegó a cobrar el año pasado en total y sumando diferentes gratificaciones hasta 600. 000 euros, a quien Alemany no criticó. "Profesionalmente es fácil de evaluar su rendimiento" y sobre si le parece bien que cobrara esas gratificaciones, agregó: "No tengo que hacer ningún juicio moral". Sí dejó claro que "los premios se dan en función de la economía del club, un club que pierde dinero no puede ir dando gratificaciones". Alemany se mostró dolido con algunas filtraciones: "Es un hecho único en la historia del club y del Mallorca , se han visto reflejados documentos contables del club en la prensa. Es un hecho muy grave. Estoy muy enfadado".

Por otro lado, en la vuelta a los entrenamientos faltaron Martí, Castro, Webó, Navarro, Scaloni y Josemi.