En el minuto 59 del partido, Dani Alves se disponía a sacar de banda muy cerca de uno de los córners en los que se apiñaba la afición del Athletic. Cuando se disponía a sacar le alcanzó un bote lanzado desde el fondo bilbaíno, cayó al suelo y tuvo que ser atendido.
De inmediato, el resto de aficionados rojiblancos señaló al culpable de la fechoría, que fue detenido por la Policía y desalojado de Mestalla. Alves, por su parte, se recuperó y pudo continuar jugando la final.