E l gol de Tuni sirvió para dejar atrás una jornada incómoda y entrar en los seis últimos partidos a sólo un punto del ascenso. Zaragoza y Rayo también hicieron su trabajo, cada uno a su manera, y ahora le queda al Hércules esperar la final del sábado ante el Tenerife con la mochila cargada de autoestima tras lograr un triunfo trabajado y difícil. Ningún historiador de fútbol malgastará un sólo segundo de su vida en plasmar el duelo de ayer en un papel. Lo mejor, el triunfo del Hércules después de dos jornadas sin hacerlo. Lo peor, que el equipo blanquiazul se llevó el partido a base de rigor táctico, compromiso defensivo y orden. Ni rastro del fútbol alegre y vigoroso que enamoró no hace tanto. Para Mandiá seguro que ésta era la forma de ganar en Ipurúa pero para el pueblo llano la renuncia al fútbol de ataque que tanto pregona fue un gesto de equipo inferior.
Con la inclusión de Taborda en el once inicial, Mandiá lanzó un claro mensaje: el Hércules iba a disputar el duelo en el cuerpo a cuerpo con el Eibar. El gallego igualó las fuerzas a priori desniveladas y dejó a su equipo en el alambre durante todo el partido. La suerte para el Hércules fue que atrás sí acertó. César y Sergio Fernández fueron dos valladares en el juego aéreo y fueron minando la moral de los delanteros eibarreses. Y eso que el Eibar demostró ser lo que es. Los armeros tienen un libreto fijo e inmutable. Uno: Añibarro (y el que pase por ahí) busca el contacto para sacar faltas al borde del área. Dos: todos disparan desde fuera intentando que el balón acabe en córner. El "tac, tac" habitual en los entrenamientos de Uribe ha mutado en Eibar por el "pum, pum". El Hércules debió evitar esto y no lo hizo. Por eso sufrió hasta el último segundo. La estadística no engaña: 13 córners y 16 faltas en contra (la mayoría en las inmediaciones del área).
De entrada, los herculanos lo apostaron todo al 22. Taborda era el blanco desde donde se intentaban generar todas las ocasiones. Pero la cosa no marchaba. Sobre todo porque los que le tenían que poner los balones en la cabeza eran un horror. Tuni desbordaba pero centraba mal y Sales ni una cosa ni la otra. En toda la primera mitad, al uruguayo sólo le cayó un centro en condiciones desde la izquierda. El balón de Tuni lo cazó el Huracán y remató marcando los tiempos. Zigor respondió con un paradón.
Los eibarreses seguían a lo suyo. Arruabarrena insistía en el choque y él mismo y Beltrán disparaban cada una que le caía. Sin embargo, Calatayud apenas tenía que intervenir. Sus lanzamientos siempre se iban fuera por poco. El Hércules, a pesar del 0-0, se veía ganador aunque fuera el Eibar el que más se acercaba al objetivo. En el 42', Insa cometió un sacrilegio y en lugar de buscar el córner se le ocurrió buscar en profundidad a Arruabarrena. El ariete armero debió sentirse sorprendido porque, aunque estaba sólo, se entretuvo lo suficiente para que César se rehiciera. El sacrilegio de Insa tuvo su castigo. Uribe le sustituyó tras el descanso por Carlos Rubén.
Oportuno.
En la reanudación, Mandiá no cambió el dibujo ni tampoco el Eibar su manera de hacer daño. Nada más salir, Sutil tuvo una doble oportunidad en un libre directo que salió silbando la escuadra de Calatayud. El crono volaba y el Hércules tenía que empezar a arriesgar. Y en esas apareció el gol, en el momento preciso. Ruz se internó por la derecha y centró bien, por una vez. Tote controló y fusiló a Zigor pero el arquero desbarató el disparo. Entonces apareció Tuni para meter el pie y coger turno para el ascenso.
Desde ahí hasta el final, el Hércules acaparó el balón e intentó dormir el partido con las entradas de Delibasic y Rodri. Sin embargo, el Eibar no necesitaba demasiado para poner el susto en la afición blanquiazul. Zapatazo por aquí, córner por allá arrinconaba a un Hércules que no acababa de sentenciar. Así hasta el final. El Hércules sufrió pero ganó y sigue en la carrera por el ascenso. Y el sábado, el partido de los partidos. Llega el Tenerife de Oltra... Y Nino.
Primer trinfo con la amarilla
El Hércules volvió a lucir ayer la tercera equipación de color amarillo al igual que lo hiciera en la anterior salida en Castalia, aunque esta vez el pantalón fue blanco. Por tanto, en Ipurúa se produjo el primer triunfo del Hércules con esta novedosa camiseta. De momento, el Hércules no tiene previsto sacar a la venta esta zamarra pese a que ha tenido buena aceptación en la afición.
