El jugador se derrumbó al conocer la noticia

Ayer fue uno de los días más amargos en la carrera deportiva de Pepe. El jugador se recluyó en su casa, con el teléfono móvil apagado esperando a que el club le llamara a su domicilio. Cuando escuchó diez partidos se derrumbó. Sabía que la sanción sería alta, pero no tanto.

No quiso hacer declaraciones. Estaba previsto que en la web de Jorge Mendes, su representante, se emitiera un escueto comunicado con unas palabras suyas acatando la sanción, pero los diez partidos sentaron como un jarro de agua fría e incluso eso se anuló. El jugador ya expresó su arrepentimiento espontáneo tras el partido, y la aparición de unas declaraciones posteriores suyas hicieron que Mijatovic se desplazara a la Ciudad Deportiva para decirle que se escondiera, que no dijera nada e incluso le ofreció la posibilidad de que desapareciera unos días hasta que todo se calmase. Pepe se negó, prefería seguir entrenándose.