Guti saltó al campo en el minuto 61, una vez que Juande aceptó la evidencia del fútbol monocorde y plano del Madrid. Sneijder no podía con la responsabilidad de manejar el partido por sí solo, alejado de las zonas de influencia del juego y bastante torpe en el reparto de balón. El Bernabéu llegó a dejar en el aire algunos silbidos ante la falta de criterio en el fútbol del equipo blanco, que permitía al Valladolid crecerse para dar sensación de ganar la posesión (45% en la primera parte). Guti entró por Huntelaar, en un relevo que podría entenderse defensivo para amarrar el 1-0, pero no fue así. A continuación llegaría el 2-0.

Dibujo.

Juande metió a la vez a Gago por Cannavaro, lo que cambió el dibujo por completo: Lass fue al lateral, Gago por delante de los centrales y Sneijder junto a Guti para mandar en la media, reencontrar el balón y hacer 'algo' creativo. El Madrid no perdió capacidad ofensiva, muy al contrario, del 61' al 90', los blancos tiraron nueve veces a portería y marcaron un gol. En toda la primera parte dispararon sólo cinco veces y Raúl firmó el primer gol.

El segundo tanto, precisamente, nació a partir de un pase de cuarenta metros de Guti, superando las dos líneas defensivas del Valladolid, para hacer caer el balón en carrera a Robben camino del gol. Era el minuto 81, apenas veinte después de la entrada del polémico jugador en el campo, y supo 'inventarse' esa asistencia sensacional que Sneijder no fue capaz de hacer antes.

Guti respondía a la confianza de Juande, quien se la había retirado por no trabajar en los entrenamientos y en los partidos como de él se espera. Guti, otra vez inspirado, justificaba los aplausos que le dedicó el Bernabéu cuando saltó al campo.

Seguramente la grada entendía que con él llegaría el espectáculo. Y efectivamente, muy en su línea, fiel a su estilo quejicoso e insolente, completó la tarde asumiendo un protagonismo inapropiado en el Madrid. Se encaró con los rivales, gesticuló más de lo permisible y se convirtió en justiciero del partido con una entrada fea que le valió la tarjeta amarilla nada menos que en el 86'. Una amonestación absurda, fuera de lugar, que le impide jugar ante el Recre, lo que perjudica al equipo y a Juande.

Este es Guti, genio y figura, incapaz de atemperarse incluso en su partido de reaparición, de concordia con su entrenador. Pero tiene esa calidad con el balón que ningún otro jugador del Madrid puede exhibir, la que jamás podrán alcanzar Sneijder o Van der Vaart. Ese es su blindaje.

Con doble pivote ante el Recre

Juande probó con Lass-Sneijder y cuatro por delante frente al Valladolid, en una apuesta claramente ofensiva. Sin embargo, ni el balón llegó claro al área ni el Madrid supo moverse con fluidez. Un gol de inspiración originado por Higuaín fue el balance. Visto esto, lo probable es que frente al Recre vuelva el doble pivote Lass-Gago, con Sneijder por delante (Guti es baja por sanción) y caería del once posiblemente Huntelaar, que es un rematador puro. Juande está pendiente, además, de la recuperación de Marcelo para terminar de perfilar el once de Huelva.

Comportamiento impropio con Rubio

El canal Cuatro siguió a Guti en el partido con el Valladolid y emitió esta secuencia de su enfrentamiento verbal con un rival, Álvaro Rubio, al que dedica palabras vejatorias tras hacerle una entrada y además le amenaza. Es evidente que Guti actúa con una exagerada excitación, impropia de un jugador de su veteranía y siendo bandera del Real Madrid. Guti, en estado puro.