No podía ser de otra forma. El domingo de Resurrección y de rebote. De un modo casi esperpéntico se llevó el Celta su primera victoria en tres meses. Su anterior triunfo databa del 17 de enero contra el Sevilla Atlético. Era lógica la alegría de Balaídos cuando Caballero Herreros señaló el final. Por la celebración parecía que los celestes se habían clasificado para la Champions o algo similar. Algún futbolista sobre el césped alzaba los brazos y miraba al cielo. Hasta los gestos de triunfo se les habían oxidado. La permanencia, ahora sí, está muy cerca.

En el otro bando, las sensaciones eran bien diferentes. El Córdoba tuvo ocasiones de sobra para llevarse los tres puntos de Vigo y, si me apuran, de forma holgada. Repasemos: Javi Flores y Arteaga no aciertan a empujar un pase de la muerte de Natalio. Asen se planta ante Falcón y la manda fuera. Natalio se queda solo en el punto de penalti (tras un saque de banda; así defiende el Celta) y la envía fuera. Otra vez Natalio (ya en la segunda parte) encara a Falcón y ¿adivinan dónde la manda? Pues sí, fuera. Pierini remata un córner a bocajarro y no es capaz de meterla entre los tres palos...

Motivos suficientes tiene el Córdoba para lamentarse, pero a nadie puede culpar de su candidez en los metros finales. Si cabe, lo más socorrido sería hablar de mala suerte. Pero tal vez sería más correcto llamarlo mala puntería.

Más efectivo.

Porque el Celta necesitó mucho menos que su rival para marcar. Básicamente dos regalos de la zaga cordobesa. En el primero cedieron a David un balón de oro, pero lo estrelló contra el cuerpo de Raúl Navas. En el segundo, nada más comenzar la segunda parte, no se contentaron con dejar que Ghilas se colase con el balón en el área, sino que aderezaron un mal control del argelino con un pésimo despeje, que golpeó en el céltico y acabó en las redes. Lo dicho: esperpéntico.

El Córdoba fue incapaz de reponerse del golpe. Y eso que Eusebio volvió loco al equipo, ayudado por las lesiones, en los minutos finales. El esquema del Celta acabó convertido en una indescifrable macedonia. Peña era mediocentro, Vila lateral derecho, Fabiano extremo zurdo y cojo... Pero a la decimotercera llegó la vencida.

Fabiano siguió pese a la lesión

Fabiano, que llevaba meses sin jugar, se lesionó cuando quedaba un cuarto de hora para el final. Pidió el cambio, sin darse cuenta de que el Celta ya había realizado los tres. El lateral demostró su pundonor y terminó el partido, aunque de extremo, para no estorbar en la defensa.

Luna Eslava "Nos faltó saber definir arriba"

Creamos muchas ocasiones, pero no fuimos capaces de definir. Creo que somos el equipo que más oportunidades generó en Balaídos esta temporada, pero cuando no se materializan puede ocurrir que pierdas. Llegamos de todas las maneras, a pesar de que sabíamos que era un campo y un rival complicado. Es verdad que en otros partidos el Celta fue el que no marcó sus ocasiones, pero esta vez metió la única oportunidad de gol que tuvo". -C. Garrido

Eusebio "Este triunfo era vital para el Celta"

La victoria era vital para romper la dinámica que llevábamos. Sufrimos mucho, fue un partido complicado y se pudo dar cualquier resultado. El equipo demostró tener carácter y orgullo. Lo mejor es sin duda el resultado, que yo creo que nos hará cambiar varias cosas. Estoy muy contento con los dos porteros. Notario está haciendo una gran temporada y Falcón me da mucha seguridad. Me gustó la actuación de Peña en el mediocampo. Cubrió mucho espacio".