El árbitro firma la sentencia

Liga BBVA | Osasuna 2 - Athletic 1

El árbitro firma la sentencia

El árbitro firma la sentencia

La exagerada roja a Ocio desequilibró el derbi. En igualdad, el Athletic tuvo las ocasiones, pero le faltó decisión. Osasuna, sin juego, ganó a balón parado.

Osasuna sacó adelante un encuentro de mínimos que quedó muy condicionado por la rigurosa expulsión de Aitor Ocio. El central vio una tarjeta roja en el arranque de la segunda mitad, cuando el equilibrio que reflejaba el marcador (1-1) presidía asimismo el juego de dos conjuntos muy justitos, deficitarios podría decirse, en juego, ritmo y atrevimiento. Un lance a balón parado resultó determinante en la áspera y fea disputa en que se embarcaron dos conjuntos mediatizados por esa angustia interior que genera el deseo de salvarse de la quema.

Se salió con la suya el cuadro local, aunque hasta que se quedó en superioridad numérica no lo tuvo nada claro. Fue un derbi con un fuerte aroma a empate, pero... Incluso, en el primer período el Athletic gozó de más y más claras oportunidades, si bien también adoleció de falta de decisión para ir a por un partido que pareció asequible en amplias fases.

La insistencia rojilla, especialmente a raíz de que Puñal empezó a aportar sentido común, se tradujo en una victoria de enorme valor. Los rojiblancos se defendieron con cierta eficiencia, pero pasaron demasiados minutos expuestos a la iniciativa del rival. Sin más argumentos que un dominio consentido por el repliegue del Athletic, Osasuna acabó dando con la única tecla posible, vista su impericia en la combinación, la estrategia. Sergio sentenció entrando con todo a un córner largo de Masoud y liquidó el asunto.

De salida, el Athletic mantuvo a Osasuna bajo control a partir de un planteamiento de contención bien ejecutado. Osasuna se adelantó en el marcador, pero ocurrió en la única acción de verdadero peligro que se registró en el área de Iraizoz. La buena labor entre líneas de Pandiani resultó insuficiente para inquietar a un bloque que además pronto descubrió la debilidad rojilla en defensa.

Ni Masoud ni Plasil ni, sobre todo, Nekounam en la dirección, estuvieron felices con la pelota. Al Athletic le costó bastante menos generar situaciones nítidas de gol. Sin elaborar lo más mínimo, Llorente, en dos ocasiones, y Javi Martínez, prácticamente en la única acción ligada, una pared con Llorente, gozaron de remates propicios para marcar.

Quizás fuera por ello que la ventaja adquirida por Osasuna durase un suspiro. Yeste templó una falta al punto de penalti y allí apareció Aitor Ocio, sin apenas oposición, para cabecear a placer. El empate sin duda tuvo su influjo en el juego, más que nada en el ánimo del rival, que en los siguientes minutos concedió dos de las ocasiones comentadas.

Sin embargo, tampoco el Athletic perseveró, cuando la circunstancia se antojaba propicia. Se sentía cómodo sin asumir el más mínimo riesgo. La impotencia del equipo de Camacho era flagrante, su dominio territorial no pasaba de aparente, de intrascendente.

Roja directa.

El derbi experimentó un giro radical cuando Masoud burló a Ocio a la altura del centro del campo, pisando la banda izquierda. El central zancadilleó al iraní y Mateu Lahoz estimó que era merecedor de la roja, pese a que había no menos de cuarenta metros a portería y otros jugadores situados para intervenir.

Caparrós retiró seguido un interior y metió a Etxeita. Si antes el Athletic había optado sin disimulos por esperar en su terreno, hasta el final se pertrechó para aguantar el punto como fuera. Lo cierto es que, atendiendo a la profundidad del fútbol desplegado por Osasuna, estuvo muy cerca de lograrlo.

Salvo un tiro alto de Sola desde la frontal nada hubo reseñable. Yeste y Llorente ligaron en alguna oportunidad para replicar al estéril monólogo rojillo. De haberse repartido un punto cada uno a nadie le hubiese podido extrañar. Osasuna no podía y el Athletic no quería.

El atasco, un catálogo de imprecisiones y disputas sin ton ni son en zona de nadie, no auguraba más goles, pero en situaciones así siempre queda un margen para que una falta o un córner rompa la tónica. Fue lo que sucedió, nada más. Osasuna prosigue así su escalada, mientras que el Athletic se mete en serios apuros.