El entrenador del Celta sorprendió de inicio con una nueva revolución en el once inicial y retocó hasta cuatro piezas respecto al equipo que empezó la semana pasada jugando en Salamanca, incluido el cambio de Falcón por el indiscutible, hasta ahora, Notario en la portería. Pero lo cierto es que no se sabe muy bien si fruto de la revolución implantada por el técnico vallisoletano o por la obligación de ganar para no alargar más su profunda crisis de resultados, el equipo entró en el choque enchufado, con hambre de victoria, algo que le había faltado en sus últimos encuentros como local.
Desde el primer minuto los celestes se adueñaron del balón y encerraron al Córdoba en su área, aunque la falta de profundidad por las bandas, provocada por la ausencia de dos carrileros natos, impidió que los locales crearan peligro en el área andaluza. Pese a todo, a los siete minutos de juego, el Celta gozó de una inmejorable ocasión para adelantarse, pero el remate de Trashorras, después de una buena acción individual de David Rodríguez, lo detuvo sin demasiados problemas Raúl Navas.
Al Córdoba, por su parte, tampoco le importó demasiado que el dominio celeste fuese aplastante, pues los hombres de Juan Luna tenían la lección muy bien aprendida y sabían que sus opciones pasaban por defender bien y esperar su oportunidad al contraataque. Una táctica que le había funcionado de maravilla a los últimos visitantes a Balaídos, aunque esta vez la falta de puntería de los atacantes del Córdoba privó a los andaluces de llevarse el premio de los tres puntos, ya que si Arteaga (min.30), Asen (min.35) o Natalio (min.45) estuvieran más acertados posiblemente se hablaría de otro resultado al finalizar el choque.
No obstante, antes del descanso, y después de un regalo del central Pierini, el Celta también le perdonó la vida a su rival con un remate de David Rodríguez que desvió a córner un inspirado Raúl Navas. Un empate a cero que no duró mucho más, pues al minuto de la reanudación el argelino Ghilas, desaparecido hasta ese momento, superaba, con mucha fortuna, al meta visitante. Tras el gol celeste, al Córdoba ya no le valía su planteamiento defensivo.
Juan Luna movió ficha y ordenó adelantar las líneas a su equipo, aunque su verdadero problema estaba en ataque, pues la preocupante falta de puntería en la finalización de sus atacantes salvó al Celta de mas de un disgusto: Natalio (min.70) y Pierini (min.79). Ahí se esfumaron las opciones del Córdoba de puntuar en Vigo.
