El recambio para Víctor Valdés se llama Diego López. Al menos en el terreno del deseo de la secretaría técnica del Barcelona, que ve en el portero del Villarreal una apuesta segura y con largo recorrido, si bien su precio se ha puesto por las nubes. Si las negociaciones con Valdés, cuyo nuevo agente va relacionando públicamente con el interés de hasta cinco clubes diferentes, no llegasen a buen puerto, el Barça echaría el resto por Diego López, aunque quizás no el próximo verano, sino en 2010.

Según fuentes del Barça, Valdés pretende una ficha equiparable a los mejores de la plantilla, extremo que los gestores del club no contemplan. El agente del portero, Ginés Carvajal, ha dicho que Valdés "se merece ganar lo mismo que (Iker) Casillas", una de las fichas más altas del Real Madrid y del fútbol español. Todo esto, mientras entre agente y club no se ha producido un solo contacto desde hace casi nueve meses, aunque el contrato de Valdés expire el 30 de junio del año que viene.

Una venta. El precio de Diego López, por quien el Villarreal pidió 20 millones de euros al Atlético, coloca al Barça ante la hipótesis de vender a Valdés antes de que acabe su contrato; así, lo que ingrese por el canterano lo desembolsaría en la tesorería del Villarreal.

López, que de niño dudaba entre la portería o la delantera, tiene contrato hasta 2014, con una rescisión tasada en 30 millones de euros.

Como con Reina, pero al revés

Jugar a la sombra de un titular indiscutible significa chupar banquillo jornada tras jornada. Lo sabía Pepe Reina cuando, cansado de ser suplente de Roberto Bonano y Víctor Valdés, se fue al Villarreal. Tras una buena temporada 2002-03, este club se lo quedó por seis millones de euros, y en 2005 se fue al Liverpool por más de diez millones. Diego López también se cansó de ver jugar a Iker Casillas, dejó el Real Madrid por seis millones en 2007 y ahora podría acabar en el Barça.