La hinchada se lo pregunta y ahora, a modo de resumen, se puede contestar: ¿para qué ha servido esta concentración en Navata?

Estar cuatro, casi cinco días, juntos se ha notado mucho físicamente. Aparte de eso, hemos tenido tiempo de sobra para charlar, comer, cenar unidos... Todo suma.

Otra cosa en la que usted puede opinar, como el novel de la plantilla, es del ambiente que se respira ahora mismo en el vestuario...

El vestuario de este equipo es fenomenal. A mí al menos me recibieron estupendamente y me he integrado muy bien.

¿Pero es verdad eso de que no bajan los brazos?

No lo dude, aquí no veo nada de eso. Los ánimos no están por los suelos, como algunos creerían. Seguimos creyendo al 100 por 100 en la salvación y disponemos de argumentos para conseguirla.

Pero quedan diez jornadas y la situación en la tabla, por mucho que se juegue bien, es cada vez peor...

No podemos pensar en lo negativo, aunque claro que lo hay, como en todos los equipos. Lo que hay que ser es positivos. Yo, por ejemplo, no pienso en bajar.

Aun así, y no es por ser molesto, ¿cómo pueden levantarse anímicamente de palos durísimos, ya muchos, como la derrota contra Osasuna?

Las derrotas tocan a la plantilla, no lo negaré, pero ese dramatismo se vive en los instantes de después del partido. Cuando estás en el vestuario, entonces sí que sufres muchísimo. Pero al día siguiente vuelves a despertar, a trabajar, y sacas fuerzas de flaqueza de donde sea. En nuestro caso es más sencillo. El Espanyol cuenta con grandes dosis de sacrificio, entrega y experiencia. Con una plantilla así no se puede bajar a Segunda. No se correspondería con la calidad de sus jugadores.

Como delantero, ¿vive especialmente preocupado por la falta de gol del equipo? Porque eso tampoco se corresponde con la calidad...

Dicen que nos falta gol, pero fuimos capaces de hacerle dos al Barcelona, que parecía intocable, y encima en su estadio. También le metimos tres al Mallorca, dos de ellos en inferioridad numérica. Ante el Sevilla también tuvimos muchas oportunidades claras. Y también en la primera parte del partido contra el Madrid. Este equipo tiene gol, aunque a la mínima todo juega en nuestra contra. Aun así, insisto, confiamos en nosotros mismos.

Iván, ¿está jugando menos de lo que esperaba cuando llegó, hace ahora dos meses?

Mire, me tocó estrenarme como goleador en el Espanyol en el que tal vez fue nuestro partido más flojo desde que llegué, en Getafe. Y siempre que he tenido la oportunidad de jugar de inicio me he sentido muy cómodo, más acoplado de lo normal para el tiempo que llevo. Luego se recuperó Raúl (Tamudo) y, como es lógico, me está costando más entrar. Pero lucho cada día, en cada entrenamiento, y lo haré igual cada vez que me toque jugar.

Una curiosidad: cuentan que es usted embajador honorario de Turismo de Uruguay.

Así es. El ministro de Turismo y Deportes asignó a una decena de futbolistas que juegan en España e Italia, como Diego Forlán o Álvaro Recoba. Así exportamos nuestro país. Antes iban muchos españoles a Sudamérica. Ahora es al revés, porque no estamos bien.