Es el Del Bosque de Italia: sencillo y excepcional

Real Madrid | Ancelotti segun Cerruti

Es el Del Bosque de Italia: sencillo y excepcional

Es el Del Bosque de Italia: sencillo y excepcional

Su carácter recuerda al español

Carlo Ancelotti nació hace 49 años en Reggiolo, en la provincia italiana de Reggio Emilia. Tras dar sus primeros pasos como futbolista en la Serie C, en el Parma, en 1979 dio el salto al Roma y en 1987 fichó por el Milán, donde marcó una época a las órdenes de Arrigo Sacchi, siendo una de las piezas básicas de aquel mítico equipo.

A lo largo de sus 16 años como futbolista (se retiró en 1992) se mostró como un jugador ordenado y muy disciplinado y cultivó un gran palmarés, en donde destacan tres Ligas (1983, 1988, 1992) y dos Copas de Europa (1989 y 1990). Curiosamente, uno de sus goles más importantes se lo marcó en la máxima competición europea... al Real Madrid de la Quinta. Blancos y rossoneri empataron en el Bernabéu (1-1) en la ida de las semifinales de 1989. En la vuelta, Carlo, con un disparo lejano, potente y centrado sorprendió a Buyo y abrió el marcador en el 18'. El Milán ganó 5-0 y accedió a la final. Los de Sacchi vencieron al Steaua de Bucarest y se proclamaron campeones.

Banquillos. Tras colgar las botas, Sacchi le eligió para ser su ayudante en la selección. Estuvo en la azzurra tres años. Después de la final del Mundial de EE UU (en la que Italia cayó contra Brasil en los penaltis), emprendió su carrera en solitario. Reggiana, Parma y Juventus fueron sus paradas antes de aterrizar en el Milán sustituyendo al turco Terim, el 5 de noviembre de 2001, en donde lo ha ganado todo. Su ideario ha ido mutando. Del rígido 4-4-2 que practicaba en el Parma, huyendo de la fantasía en el centro del campo, a su actual 4-3-1-2.

Es un técnico al que le gusta el toque, ese estilo tan español, la posesión y un fútbol espectacular, pero ante todo equilibrado. Sin embargo, más allá de su libreto, habría que destacar su carácter: irónico, con capacidad de autocrítica, calmado... No se siente ni Dios ni el inventor del fútbol. En ese sentido, se podría decir que es el Del Bosque italiano: sencillo y excepcional. Por ello, todo el fútbol de Italia le quiere.