¿Presión? Ahí va un 6-0

¿Presión? ¿Quién dijo presión? ¿Quién teme una remontada del Real Madrid? ¿A quién se le ocurrió pensar que el haber jugado después del segundo clasificado supondría un factor atenazador para el Barcelona? Cuando el polémico Muñiz Fernández señaló el descanso ya ganaba 4-0 el equipo de Pep Guardiola, con uno de Xavi y los otros tres, a fantástico por cabeza. Tan poco pudo hacer el Málaga que más que un aspirante a mantenerse en la parte alta de la tabla parecía un equipito en problemas. Afinó el Barça como en aquel primer tiempo de la vuelta de octavos europea ante el Olympique Lyonnais, y cuando todos sus instrumentos suenan como deben no es una orquesta cualquiera, es la Filarmónica de Viena.

Un ojeador del Bayern Múnich, presente en el palco, se debe haber ido con flojera de piernas. Pensará el hombre que si el Barça es capaz de un partido así en la ida de cuartos de la Champions League, ni Luca Toni ni el mismísimo Franz Beckenbauer si volviera a vestirse de corto son capaces de hacerle daño. Y es así: cuando todos hacen lo que deben, cuando presionan arriba como si en cada pelota les fuera la vida, cuando se asocian para tocar en las zonas del campo donde procede, cuando trazan los desmarques necesarios para que los pasadores encuentren espacios, cuando sacan la pelota con claridad y sin arriesgar... entonces el Barça parece imbatible, un rodillo, una aplanadora, un tsunami.

Lo sufrió ayer un Málaga que es, a juicio de muchos, el equipo revelación de esta Liga, metido en la lucha por las plazas europeas, empreñador de los gallitos (el Madrid, el Sevilla, el Villarreal) pero convertido en pollo mojado ante el líder del campeonato. Entre aquella ida en la que diluvió y anoche, el Barça le endosó diez goles. Diez. De los seis de ayer, el único que repitió fue Samuel Etoo, que metió uno en cada parte. El resto se los repartieron otros cuatro, incluido Daniel Alves, que hizo el más bonito: Iniesta vio el desmarque del brasileño, que peinó el envío y dejó a Goitia clavado en el suelo.

Las ausencias.

Los dos equipos llegaban con bajas importantes, Puyol y Abidal el Barça, Calleja y Wellington el Málaga, con Duda entre algodones. Lo pagó más caro el visitante, como es obvio. Los desajustes en la defensa blanquiazul afloraron muy pronto: a los 14 minutos Henry se quedó solo en el área, pero cabeceó desviado el centro de Alves. Tres minutos después, Cáceres mandó sobre el larguero un córner de Alves. Y dos más tarde cayó el 1-0: Etoo se vistió de Xavi y dio a éste un pase de gol, entre la indefinición de Lolo y Nacho, que cerró tarde. Casi sin tiempo para rearmarse ni cambiar nada, huérfano de la pelota y encajonado cerca de su área, el Málaga recibió el segundo golpe en la mandíbula: Messi arrancó desde la banda derecha, le hizo una croqueta a Hélder y batió a Goitia con un derechazo (25'). Henry parecía estar offside cuando recibió de Xavi, dribló a Goitia e hizo el 3-0. Y Etoo marcó el primero de su doblete antes del descanso, tras otro pase de un Xavi estelar, con un derechazo entre las piernas del portero.

Se fue Touré, lesionado, y entró Keita, sin efectos notables. Comenzó a sufrir muy pronto Goitia, ante un Barça que bailaba al son de Xavi. Salva dio señales de vida por primera vez a los 49', cuando cabeceó un córner de Luque que Valdés salvó con un paradón. Pero enseguida volvió el Barça sobre sus pasos, con el 5-0, la perlita de Iniesta y Alves. Y después Etoo sumó su 25º gol en esta Liga, en el enésimo despiste defensivo malaguista, tras una asistencia de Henry.

La lesión de Iniesta tiñó de tristeza el Camp Nou, y pareció también empujar el resto del partido por una pendiente hacia el aburrimiento. Se destensó la cuerda culé, en la misma medida que los cambios en el Málaga (Duda, Manolo y Adriano) no cambiaron la decoración. Sólo Bojan, que entró por un tocado Xavi -tiene problemas en un tendón de Aquiles-, parecía dispuesto a todo. Lo tuvo en el último minuto, pero Goitia desvió a córner. Con seis parecía suficiente. Con seis goles y con seis puntos de ventaja.

El detalle. Iniesta y Touré se lesionaron

Dos roturas fibrilares evitaron que Touré Yaya y Andrés Iniesta acabaran el partido. El marfileño padece una lesión en el aductor largo de la pierda derecha, mientras que el internacional español la sufre en la inserción tendinosa del aductor del muslo derecho. En ambos casos, se espera que el periodo de baja sea de unas dos semanas.